Bochorno, esperpento es lo que vivimos en la sesión de constitución del Congreso de los Diputados el pasado martes.
Parecía que después del espectáculo que sufrimos por primera vez cuando Podemos llegó al Congreso en 2016 quedaba poco por ver. ¿Recuerdan a Bescansa con su bebé durante toda la jornada, diputados con camisetas de todos los colores jurando acatamiento a la Constitución con múltiples peroratas reivindicativas? Pues vamos a peor.
Si en 2016 hubo circo y chufla, lo del martes fue peligroso. Lo que vimos en el Congreso fue el ánimo y la voluntad de muchos diputados de insultar, lesionar y humillar a uno de los Poderes del Estado, al Poder Legislativo, y por ende a todos los españoles que allí estamos representados.
Lo vimos en los 4 presos que acudieron a tomar posesión como Diputados del Reino de España, cargo al que desprecian, prometiendo su cargo como un mandato del acto de rebelión que realizaron contra España, del que alardearon durante toda la sesión. Y todo ello bajo la tutela y amparo de la nueva Presidenta del Congreso, la socialista Batet, que permitió que España fuera humillada y que en ningún momento veló por la dignidad del Congreso.
Bochorno escuchar lo que prometían muchos de los nuevos Diputados al tomar posesión de su cargo. Por la hispanidad, por el planeta, por las flores… Asusta pensar cómo serán las leyes que puedan salir de este Parlamento.
Tenía que haber sido un acto de la máxima solemnidad, y sin embargo hubo bronca y confrontación, mucha confrontación en el primer día de esta nueva Legislatura, y eso que no se debatía nada.
Lo preocupante es que lo que ocurrido no va a ser algo aislado, sino que tiene visos de que se convierta en una bochornosa y peligrosa legislatura, que empieza insultando a España.
—
(*) Diputada electa por Segovia
