Europa está pendiente la decisión que adopten hoy los líderes en la cumbre sobre la solución a la crisis griega y los inversores miran con recelo hacia Bruselas. Mientras, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, se suma a las voces autorizadas que advierten de la gravedad de la situación e insta a los responsables de Finanzas de la zona euro a atajar la crisis de deuda, porque si no «todo el Viejo Continente» sufrirá las consecuencias.
«Nadie debe hacerse ilusiones: la situación es muy seria y requiere una respuesta», afirmó Barroso en una declaración a la prensa, en la que manifestó que sin una solución «las consecuencias negativas se sentirán en todos los rincones de Europa y más allá».
La cumbre está marcada por las diferencias que separan todavía a los líderes de la zona euro, sobre todo en torno al segundo rescate de Grecia, pero Barroso insistió en que «es hora de decidir» y en que «con buena voluntad por parte de todos podremos lograr una solución satisfactoria».
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, trabajaban contrarreloj para «aunar fuerzas» y presentarse con una «línea conjunta» a la reunión, de donde debe salir un «buen acuerdo» consensuado por todos los socios para el rescate griego.
El presidente de la CE insistió en que «la situación requiere plena implicación de todos y creo que la habrá. Lo mínimo que tenemos que hacer es aportar claridad» sobre ciertas medidas, indicó.
Esto implica, recalcó Barroso, aclarar las medidas que habrá para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas griegas; la viabilidad y los límites de la participación del sector privado en el segundo rescate a Atenas; el alcance que tendría un fondo de auxilio más flexible; la reparación del sector banquero aún es necesaria; y los planes para garantizar la provisión de liquidez al sistema banquero europeo.
Barroso recordó que los países miembros prometieron que harían todo lo que sea necesario para garantizar la estabilidad de la Eurozona y por eso «ahora es el momento de cumplir esa promesa», dado que la mayor parte de las decisiones que tendrán que tomar forman parte de sus competencias y de nadie más.
Pero el presidente del Ejecutivo comunitario también apeló a la «responsabilidad» del Banco Central Europeo.
Barroso enfatizó que «no podemos tomarnos esto a la ligera, si no la historia juzgará a esta generación de líderes con dureza».
