La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, defendió ayer en el Congreso que la reforma laboral “ha dinamizado la negociación colectiva”, con un 32% más de convenios firmados desde 2012.
Así, durante su respuesta a la pregunta de la diputada socialista Elvira Ramón durante la sesión de control al Gobierno, Báñez esgrimió que en los seis años transcurridos desde la reforma laboral se han negociado 10.817 convenios colectivos “de todo tipo”, y que las nuevas normas permitieron mejorar la negociación colectiva “porque la acerca a la empresa”.
En este sentido, señaló que esta flexibilización, que permite el descuelgue de las empresas al convenio anterior o al convenio colectivo, “ha servido para salvar miles de empleos en los momentos más difíciles”. Desde 2012, ha dicho que el 98% de los convenios son pactados, se han producido más de 9.100 descuelgues que, dijo, “han salvado 355.000 empleos”.
“¿No está de acuerdo con mantener el empleo y no expulsar a los trabajadores de las empresas?”, preguntó a la diputada del PSOE, a la que aseguró que esta negociación “más dinámica” es “favorecedora” por las mujeres, pues subrayó que “los convenios de las empresas son los que más reconocen la igualdad salarial”. “Lo dicen las estadísticas. La brecha salarial es menor en los convenios de las empresas”, dijo.
Distando absolutamente de la valoración de la ministra hacia su reforma laboral, desde la bancada socialista, de donde han procedido hasta cuatro preguntas al respecto, pusieron en duda tanto sus beneficios como los datos expuestos por la ministra. “Usted se ha venido con sus datos, nosotros le venimos con la verdad”, espetó la portavoz laboral del PSOE, Rocío de Frutos, que le acusó de favorecer “el trasvase de rentas hacia ciertos sectores empresariales” por “gobernar contra la gran mayoría de trabajadores”.
“Lo único que han hecho es llevar el empleo a niveles desconocidos de explotación, de pobreza, que no habíamos visto, y asentar la idea en la empresa de que todo vale para obtener beneficios”, señaló, acusando a Báñez y a su Gobierno de ser “los únicos responsables de los bajos salarios”.
Así, ha recordado que la reforma permitió a las empresas bajar de forma unilateral el salario, descolgarse de los convenios o despedir trabajadores aun con beneficios. “Esas mismas empresas han contratado trabajadores, porque realmente los necesitaban, a través de las empresas multiservicios, que a su vez negociaban convenios más bajos en base a la prioridad de su convenio de empresa, y contrataban a sus trabajadores en régimen de autónomos”, explicó.
Báñez esgrimió que, desde el inicio de la recuperación económica, “han subido más las rentas salariales que los beneficios empresariales”, y subrayó que el crecimiento “sano, sostenible y solidario” permite incrementos salariales, al tiempo que aumenta la productividad económica.
Asimismo, la ministra ha dicho que “los salarios se fijan en la negociación colectiva” y que su responsabilidad pasa por aumentar el salario mínimo, que subió un 8% en 2017 y tiene establecida una subida de hasta el 20% para 2020, hasta 850 euros en 14 pagas, si bien la misma queda supeditada a un aumento mínimo del PIB y de la afiliación a la Seguridad Social.
Por parte del PSOE, Elvira Ramón lamentó que la reforma hubiera “roto” el “necesario contrapeso para equilibrar las relaciones laborales entre empresarios y trabajadores”, y reclamó como “indispensable” la derogación de la reforma y la negociación de un nuevo Estatuto de los Trabajadores. “Se lo dijimos hace seis años y lamentable tuvimos razón: su reforma laboral sólo iba a traer precariedad, temporalidad, fraude y abuso empresarial”, aseveró.
