En este concierto, en una tarde fría y con una masiva presencia de un auditorio fiel y aficionado a la música en vivo, nos trajo la Fundación don Juan de Borbón un ejemplo de cómo hacen música unos estudiantes que tienen la música como una ocupación más de su programa de educación, no son como nuestros estudiantes de Bachillerato que tienen que ir a otro lugar para formarse en una ocupación que tendría que ser una más en su educación, ellos la tienen en su propio centro.
La American School de Londres es un centro formativo, uno más a lo largo del mundo, donde los jóvenes se forman en una educación integral en la que la música ocupa un lugar que sería de desear tuviera también entre nosotros y así evitar que esos de nuestros alumnos que desean formarse en el conocimiento de la música tengan que hacer esfuerzos adicionales con desplazamientos, esfuerzos de organización por parte de la familia y sacrificios, para sacar tiempo para ejercer esta faceta tan esencial para muchos de ellos.
Las formaciones presentadas sumaban unos ciento y pico ejecutantes, que han viajado desde Londres para hacernos partícipes de sus logros, son estudiantes de Secundaria y Primaria, menores, que pueden incorporarse a una formación musical para dar de sí lo mejor que tienen, no son en nuestro horizonte ni “estudiantes de música”.
No voy a hablar aquí de los logros que han obtenido, pues sólo poner en el atril partituras tan famosas como las danzas polvotsianas de “El príncipe Igor” de Borodin, una de los movimientos de los conocidos conciertos de Vivaldi sobre Las Cuatro Estaciones o el “Anochecer” de Elgard, famoso por su ejecución en el Remembrance Day en Inglaterra, merece todo nuestro aplauso.
Lo más destacable fue sin duda la banda de jazz, con una muy buena interpretación por parte de la sección de percusión de una obra con influencias de Sudamérica, Africa y rock and roll. También un buen espiritual o el “Almas Gemelas” sobre tiempos importantes durante la vida, con pasajes más bien tristes y profundos.
Por otra parte también ejecutaron la banda de la película “Psicosis”, de Bernard Heermaan, ejemplo de música cinematográfica o el “Florecer” de Vaugham Williams.
Un ejemplo de música hecha por estudiantes de Bachillerato que nos tiene que hacer pensar en nuestra educación, que problemas los tiene y en música más.
