El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, pidió “calma y contención” tras la ejecución del clérigo opositor saudí chií Nimr al Nimr, ajusticiado el sábado por las autoridades saudíes. Al Nimr era la cabeza visible de la minoría chií que vive en Arabia Saudí. “El secretario general pide calma y contención en reacción a la ejecución del jeque Al Nimr y pide a todos los dirigentes regionales que trabajen para evitar un empeoramiento de las tensiones sectarias”, puntualizó la oficina de Ban Ki Moon en un comunicado oficial.
La ejecución de Al Nimr ha sido muy criticada a nivel internacional, en especial por la comunidad chií. En Irán, país de mayoría chií, fue asaltada la Embajada saudí, un hecho que Ban Ki Moon criticó igualmente. En el comunicado, Ban expresó su “profunda consternación” por las 47 ejecuciones anunciadas por Riad, incluida la de Al Nimr. “El jeque Al Nimr y los otros presos ejecutados fueron condenados en unos juicios en los que se presentaron cargos cuestionables y con un proceso judicial dudoso”, indicó. El texto recuerda además que Ban planteó “en varias ocasiones” la cuestión del juicio contra Al Nimr ante las autoridades de Arabia Saudí.
Por último, Ban reiteró su oposición a la pena de muerte y destacó la tendencia de la comunidad internacional hacia la abolición de la pena capital. Por ello, insta a Arabia Saudí a conmutar todas las sentencias de muerte emitidas en el reino. El sábado, las autoridades saudíes informaron de la ejecución del clérigo opositor Al Nimr, de otros tres chiíes y de 43 yihadistas suníes.
Por su parte, el presidente de Irán, Hasán Rohani, condenó tanto la ejecución del clérigo chií Nimr al Nimr a manos de Arabia Saudí como el posterior asalto de una turba contra la Embajada saudí en Teherán, que describió como un acto “injustificable e ilegal”. “Condeno aquí y ahora la ejecución de Al Nimr y quiero hacer llegar mis condolencias a su familia y al mundo musulman. Su ejecución viola los Derechos Humanos y los valores islámicos”, lamentó el presidente, una voz conciliadora en la política iraní.
Para Rohani, la ejecución de Al Nimr “va acorde con las políticas sectarias que han desestabilizado la región durante los últimos años, y solo contribuye a exacerbar el terrorismo y el extremismo”.
No obstante, añadió el presidente en relación al asalto a la Embajada, “el pueblo iraní no debe permitir que esto se convierta en una excusa para individuos y grupos de canallas para cometer actos ilegales y dañar la imagen de Irán”. Las incursiones en la Embajada y en el consulado “son injustificables” y “son una falta de respeto”, dijo.
