La noche de las velas que se celebró este sábado en la localidad segoviana de Pedraza volvió a ser un rotundo éxito. Miles de turistas quisieron estar presentes en una noche tan mágica. Personas de Granada, Málaga, Santander, Madrid y de otros muchos rincones de España, acudieron a Pedraza atraídos por un espectáculo visual único: un pueblo medieval iluminado con más de 25.000 velas por sus vecinos.
Este acontecimiento no tiene edad. Familias, grupos de amigos, parejas… todo el mundo quiso acercarse hasta el lugar. Las calles de la villa estaban abarrotadas de visitantes que disfrutaban del paseo tranquilo, con rostros de sorpresa y hasta de emoción, al ver las ‘postales’ en que se convirtieron el sábado las calles de Pedraza.
Los que venían por primera vez, no se podían imaginar lo que se les iba a mostrar ante sus ojos; y los que ya eran habituales, aún les fascinaba el volver a contemplarlo.
Antes de llegar a Pedraza, en la localidad de La Velilla, se podía disfrutar de las primeras velas que los vecinos habían colocado en sus casas y en las calles del pueblo. Pero “lo grande” aún no había comenzado. Llegando a la localidad la Guardia Civil desviaba el tráfico hacia el campo para que el ruido y las luces de los coches no pudieran estropear la magia del momento.
Los visitantes que empezaban a caminar hacia la puerta de Pedraza, sacaban sus cámaras de fotos con las velas que marcaban el principio del camino hacia un recorrido por el pueblo. Un dibujo del Acueducto y las letras de Segovia realizadas con la luz de las velas, era el primer punto de parada. Los turistas lo observaban con expectación.
Avanzando por las calles una vecina de la villa, Pilar Grande, cuenta que se acerca a las velas desde que existen; y curiosamente ella junto con un grupo de amigas, fue protagonista de colocar y encender, una a una, las velas del camino hasta el castillo, el primer año que se realizó. Explica que «fue un día muy caluroso y las velas no venían preparadas como están ahora»; y recuerda que «teníamos vasitos de cristal que los llenábamos de agua para que no estallasen con el calor y colocábamos los cabos de vela dentro y los íbamos encendiendo». Además aún no existía la Fundación de Pedraza y tenían que colocar las sillas para la realización del concierto. «Antes no había ni la mitad de las velas que hay ahora y el ambiente era más familiar», añadió Pilar Grande
Alrededor de las diez de la noche comenzó el concierto de la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia. Muchos de los visitantes se acercaron a las puertas que rodeaban la plaza para poder deleitar sus oídos desde fuera del recinto. Un grupo de amigos comentaba la calidad de la actuación de la orquesta y explicaban que estos jóvenes artistas, algunos con una edad inferior a los 13 años, según decían, iban a ser las futuras ‘estrellas’ de la música clásica.
Al finalizar el concierto, algunos de los jóvenes artistas comentaron que «era la primera vez que estaban en Pedraza y que les había gustado mucho». Las impresiones que tuvieron de la actuación fueron muy buenas y afirmaron que «el público había respondido genial y que por ello estaban orgullosos de lo que habían hecho».Llegado el momento de interpretar la «Obertura 1812» de Tchaikosvsky, los cañones de la Academia de Artillería de Segovia y las campanas de la parroquia de San Juan Bautista se prepararon para el final triunfal de la obra. El sargento 1º, César Hernando Cañas, explicó que «colaboran con la Orquesta Joven de Galicia para la realización de su pieza». Y cuenta que «La Obertura 1812 fue escrita para conmemorar la victoriosa resistencia rusa en 1812 en una batalla formal presentada por los rusos contra el ejército francés». El espectáculo ofrecido por los militares de la Academia consistió en el lanzamiento de 16 salvas de artillería sin munición.
El punto romántico de la noche fue la historia de un joven enamorado que quería sorprender a su pareja. No le importaba el esfuerzo y así, se puso en contacto con la Fundación para obtener el permiso necesario para llevar a cabo su hazaña.Emprendió su viaje desde Madrid para colocar en la plaza, junto al escenario, velas en forma de corazón y las iniciales de ambos a cada lado.
Al finalizar el concierto el joven le guió hacia su sorpresa, pidiéndola a ésta matrimonio, según algunos testigos. Al parecer, la mujer sorprendida y llena de emoción le contestó que sí. Qué mejor lugar que los conciertos de las velas, para vivir una experiencia y una petición como esta.
Llegada la media noche, las calles, y sobre todo, la plaza de Pedraza seguían ocupadas por unos visitantes embrujados de la magia y el hechizo que había desprendido la villa.
