El chipriota Marcos Baghdatis resultó ser el verdugo del español Rafa Nadal, y que apartó al manacorí de la semifinal más esperada del Masters 1.000 de Cincinnati, la que le enfrentaría al suizo Roger Federer, al derrotarle en cuartos por 6-4, 4-6 y 6-4. El duelo ansiado por los aficionados entre el actual número uno del mundo y el que muchos señalan como el mejor tenista de la Historia tendrá que esperar, posiblemente hasta el Abierto de Estados Unidos.
Baghdatis tenía una oportunidad de optar a una final y supo aprovechar su ocasión. Apoyado en su potente servicio, con el que logró ni más ni menos que 13 saques directos, y jugando de tú a tú a Nadal en cuanto a derroche físico, el chipriota logró tras dos horas y 32 minutos inclinar la balanza a su favor y presentar sus credenciales al título. Nada más empezar el primer set ya se pudo comprobar que a Nadal no le esperaba un partido cómodo, más tras el desgaste que tuvo que realizar para derrotar en octavos al francés Julien Benneteau.
Pese al cansancio acumulado el balear intentó arrollar a su rival para marcar el duelo. Dispuso en los primeros compases de hasta cinco ocasiones para romper el servicio de su adversario, pero en todas se estrelló con un auténtico muro que devolvía cada una de sus bolas. Al final fue el chipriota el que supo romper el servicio de Nadal y apuntarse la manga. En la segunda, el español y el chipriota intercambiaron sus servicios en los dos primeros juegos. Nadal apretó los dientes y con un juego firme desde el fondo de la pista y atacando los puntos débiles de Bahgdatis consiguió superarlo de nuevo para igualar el marcador. El tercer set fue disputado de poder a poder. Baghdatis volvió apoyarse su servicio (seis aces) para doblegar a un Nadal cada vez más cansado. La rotura de servicio llegó en los últimos juegos, cuando más daño hace y el mallorquín, pese a que lo intentó, ya no pudo contrarrestarlo y terminó despidiéndose del torneo con un sabor agridulce.
