El ex presidente del Gobierno José María Aznar, a quien algunos consideran el líder en la sombra del ala más conservadora del PP, continúa siendo una referencia notable en la política patria. Por más que, merced a su jefatura de la Fundación FAES, el antiguo inquilino de Moncloa tenga casi siempre reservado un lugar de privilegio en la actualidad, lo cierto es que su distanciamiento de la batalla partidista le proporciona una perspectiva privilegiada que, unida a la experiencia como estadista, revalorizan sus opiniones.
En esa calidad de analista cualificado, el presidente de honor del PP se permitió ayer un exhaustivo repaso a la situación patria y, tras aclarar que, pese a las insistentes peticiones de no pocos dirigentes populares para que retome el timón de la nave conservadora, no tiene intención alguna de volver a la política activa, recordó que ésa misma debería ser la actitud del presidente Zapatero, quien en su día, todavía desde la oposición, proclamó que no estaría más de dos legislaturas al frente del Ejecutivo. «Dijo que estaría ocho años; vamos a ver si lo cumple o no», comentó Aznar antes de reiterar que ni siquiera se plantea abandonar su retiro. «No tengo ni el más mínimo interés, ni el deseo ni la ambición en volver a la actividad pública», sentenció.
Durante una entrevista televisiva, la primera que concedía a la cadena pública desde que dejara el poder en 2004, el popular insistió en sus ya clásicos postulados al advertir de que uno de los principales problemas de la España actual es que el Estado «se está deshilachando», porque «hemos cruzado una línea muy peligrosa» y, aunque confirmó que él personalmente ordenó establecer contactos con ETA, recalcó que durante su etapa no hubo «gales ni faisanes». «No dimos chivatazos a ETA, ni organizamos ninguna guerra sucia contra ETA», proclamó.
Eso sí, no todo fueron palos al Ejecutivo, puesto que admitió que «las políticas que se practican ahora contra los terroristas son las que funcionan».
crítica al Constitucional. Por lo que respecta al modelo de Estado, a su juicio la nueva generación de estatutos «no ha sido una buena idea». Más en concreto sobre el texto catalán y el recurso ante el Constitucional, el dirigente del PP sostuvo que «no puede ser» que aún no haya una sentencia, que «no hace falta que sea de dos mil folios e interpretativa de la Constitución», sino que basta con que «diga claramente» si la norma es o no constitucional.
En cuanto a la crisis económica, Aznar auguró que al país «le quedan años muy difíciles y muy largos», y que, «desgraciadamente y de un modo inevitable», se alcanzarán los cinco millones de parados a lo largo de 2010. Con ese desempleo, recalcó el conservador, «lo que no puede ser» es «que haya gente que se niegue todavía a hablar» de la necesidad de una reforma laboral. Para argumentar sus tesis, recordó que en 1997 se abordó una modificación similar, mediante «un contrato nuevo, pactado con los sindicatos, estable y con indemnizaciones acordadas» que «dio lugar a que se crearan cinco millones de empleos».
Por lo que atañe a la situación interna del Partido Popular -en cuyas decisiones no participa desde 2003-, el vallisoletano insistió en que Mariano Rajoy «lo está haciendo bien» y, en consecuencia, los españoles perciben «mayor autoridad, dirección» y «orden» a la hora de presentar una alternativa.
Tras declarar que el actual jefe de la formación de Génova es «el mejor» candidato para las elecciones generales de 2012, puso buen cuidado en desmentir cualquier rumor de una relación tensa y desveló que su última charla con Rajoy se había producido «hace 24 horas», porque «de vez en cuando hablamos».
En su opinión, el gallego tiene «condiciones» para ser un jefe de Gobierno «infinitamente mejor» que Zapatero, por lo que quiso dejar claro que no se arrepiente de haberle propuesto como su sucesor. De hecho, aunque apuntó que no presume de ser infalible y que 2010 no es igual que 2003, recalcó que, «sin la menor duda», mantendría su elección.
Eso sí, reconoció también que los procesos de sucesión «nunca son perfectos» y uno puede plantearse si se hizo mejor o peor, pero recordó que, hasta la fecha, él ha sido el único líder del Ejecutivo que se ha «marchado voluntariamente del poder y ha organizado razonablemente una sucesión».
Acto seguido, admitió que le «alegran» las encuestas que apuntan a una victoria del PP porque «es necesario y conveniente para España» que los populares ganen.
Por último, a la hora de abordar el caso Gürtel, Aznar señaló que de esa polémica lo único que le «preocupa» es que «la Justicia actúe cuanto antes y ponga en su sitio a los que «se han aprovechado del partido».
