La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, subrayó ayer la importancia de que Castilla y León y Madrid mantengan gobiernos del mismo signo político, porque “cuando hemos funcionado unidos, ha redundado en beneficio de los ciudadanos”. Ayuso acompañó a los candidatos del PP por Segovia en una visita fugaz a Segovia, en la que mostró y demostró todo su carisma en el breve paseo que dio por la avenida del Acueducto, donde expresó también el apoyo a la candidatura de Alfonso Fernández Mañueco, para el que pidió que pueda disponer de “un gobierno sólido” tras las elecciones del 13 de febrero.
La presidenta señaló que una amplia mayoría hará “mucho más fácil poner en marcha” proyectos y políticas similares a los que su gobierno ha comenzado a aplicar en la comunidad de Madrid, tales como un plan de natalidad, bajadas de impuestos, programas de protección de autónomos o una ley de mercado abierto que permita a los empresarios operar en España. Por ello, pidió a los ciudadanos de Castilla y León que “unan el voto” en torno al Partido Popular de igual modo que se ha hecho en Madrid, ya que en su opinión “desde entonces la política funciona muchísimo mejor”.
Del mismo modo, señaló que los populares propugnan y defienden “políticas sensatas que se necesitan en comunidades como ésta”, ya que en Castilla y León hay muchísimos autónomos y empresarios. “Lo sé porque también mi padre era castellano y leonés y mi pueblo también lo es y está lleno de clases medias que quieren salir adelante con prosperidad y con políticas como las nuestras”, subrayó en sus declaraciones.
Reforma laboral
Ayuso terció también en la polémica suscitada ayer en el Congreso durante la votación de la convalidación de la reforma laboral, donde el error en el voto de un diputado del PP hizo que saliera adelante, y calificó de “gravísimo” este hecho, preguntándose “que hubiera pasado si el diputado hubiera sido de Bildu”. Así, lamentó que la presidenta del Congreso “no escuchó a ese diputado, que tiene soberanía para representar a todos los españoles y, por tanto, tiene que ser escuchado en su Cámara, y por eso me parece gravísimo”.
De igual modo, señaló que la tramitación de esta normativa ha hecho que los españoles “por fin ya saben cuáles son las nuevas reglas del juego que la política les impone”, y destacó que los empresarios “contemplan de brazos cruzados cómo los políticos pastelean en el Congreso cómo contentar al nacionalismo, al entorno de ETA, a ver si unos le cambia cromos al otro; y al final la empresa, que es la que levanta este país con sus impuestos y con sus desvelos, se queda de brazos cruzados a ver si los políticos decimos algo”.
Inequívoco carisma
Salvo a los medios de comunicación, a nadie pareció importarle el retraso de más de 25 minutos con el que Isabel Díaz Ayuso llegó a su cita con Segovia. Nada más bajar del coche, y tras saludar a sus compañeros populares en Segovia, la presidenta madrileña inició su particular baño de multitudes en el que una vez más puso a prueba el innegable carisma que convenció a la mayoría de madrileños para auparle de nuevo a su cargo tras el adelanto electoral que también propició en su comunidad.
Vigilada desde la distancia por su director de Gabinete Miguel Ángel Rodríguez, Ayuso no dudó en aceptar casi ningún requerimiento de los ciudadanos para recibir sus saludos o pedirle fotografías con ella, respondiendo con amabilidad y un punto de timidez ante los halagos que recibió para su gestión en la comunidad. Tras cruzar el Acueducto, el hostelero Cándido López también quiso estrechar la mano de la presidenta, a quien agradeció sus desvelos para con el sector en la vecina región, y tardó casi diez minutos en recorrer los apenas 50 metros que le separaban del lugar elegido para el ‘canutazo’ con los medios de comunicación.
