Los vecinos del barrio contiguo a Santa Clara ya han visto cómo sus minúsculas aceras y en mal estado pasarán a la historia en un plazo de mes y medio o dos meses. A mediados de este mes de enero se iniciaban las obras, por parte de operarios municipales, para renovar las aceras. La primera será la de la calle Caídos, pero le seguirán sus paralelas de las calles Antonio de Herrera y Juan de Grijalva. Ya se ha picado en ambos márgenes de la calle y el objetivo es acondicionar estas aceras, que en algunos puntos no alcanzaban los 60 centímetros de anchura. Se llegará hasta el 1,10 metros de ancho en unas zonas, y en las que se permita, hasta los dos metros.
La intención es también reordenar el tráfico y el estacionamiento. En la actualidad, el aparcamiento a los dos lados de la vía y el escaso espacio de aceras obligan al peatón a transitar por el medio de la calle. Se pretende que solo esté permitido aparcar en un margen de la calle, para facilitar el paso a vehículos y a peatones. Según palabras del alcalde de la villa, Jesús García, esa estrechez suponía un peligro para vehículos y peatones, por lo que esta actuación es una de las más importantes que se van a realizar este año. Se han retrasado algo en el tiempo, pero las máquinas trabajan y se espera que el plazo de ejecución no supere los dos meses. El acabado de las aceras será de adoquín siguiendo la línea estética de otras aceras de la zona y para dar homogeneidad al barrio. El coste al que asciende la obra se sitúa en torno a los 53.855’90 euros, con cargo al remanente de tesorería.
