´“¿Qué tipo de encierro queremos?”. Esta fue la cuestión que guió la última reunión para elaborar el protocolo de encierros de Cuéllar, propuesta sobre la que se viene trabajando casi desde el fin de las fiestas de 2015. Representantes de todos los partidos políticos del Ayuntamiento, de asociaciones como ‘Amigos del Caballo’ y ‘A Caballo’, corredores y los convocantes, la Peña Taurina ‘El Encierro’, volvieron sobre el tema ante los medios locales. Una vez más, la Asociación ‘Encierros de Cuéllar’ se desvinculó de estas reuniones, pero los allí presentes decidieron que siempre que sea por acuerdo entre participantes, éste y otros colectivos podrán adherirse en cualquier momento. Así ocurrirá con las peñas y pandas oficiales, cuyos coordinadores de este año serán convocados para la próxima cita.
Ante el concejal de Festejos, Luis Senovilla, quedó constituida una comisión de trabajo de casi una decena de personas; se ha querido reducir para una mayor efectividad, siempre dando voz a todas las opiniones y propuestas que puedan venir del exterior. La tónica fue la de “pensar más en el interés general y no en el particular de cada grupo”, como así manifestó Miguel Ángel Gómez, miembro de IU local. Todos coincidieron en que hay que empezar a trabajar de manera efectiva desde este momento y llegar hasta donde se pueda por fechas, abarcando los temas más urgentes y sin marcarse más plazos o más objetivos, tan solo lo factible.
El tipo de encierro posible y real en la villa, como se dedujo, es el rápido y el que se ha venido desarrollando en los últimos años (mejorando los de 2015). Todos los colectivos afirmaron que el encierro antiguo es, actualmente, inviable en toda forma y manera.
Tanto reglamentaria como circunstancialmente “es imposible mantener a los toros una hora en la calle para disfrute de aficionados”. Ahora existen coches, carreteras y múltiples factores que, además de los legales, tienen que cumplirse, también en cuanto al ganado. La polémica se desató cuando apareció la idea de desvincular el encierro del festejo taurino de tarde. “Cada día más gente está en contra del festejo, porque el Ayuntamiento se gasta un dineral y la plaza está vacía”, manifestó el representante de IU. Por su parte, el concejal de Festejos aclaró que desvincular las dos actividades y traer un ganado más apto para el encierro o para las corridas sería “defraudar a cualquiera de los dos públicos”. Se discutió sobre el tema de la elección de ejemplares de ciertas ganaderías por parte de toreros, desmentida por el concejal de Festejos y asegurada por parte de Gómez. En cualquier caso, el acuerdo llegó en la idea de que el objetivo debe ser contentar a todo el público, el de las calles y el de la plaza.
Otro de los puntos más controvertidos fue el del modelo de festejo desarrollado actualmente, con una corrida de rejones, dos novilladas y una corrida de toros. Coincidieron en que la corrida, aunque haya mermado su calidad porque “no se ha tenido suerte en la elección de los matadores”, “viste mucho a un pueblo como Cuéllar”, le da relevancia. Las novilladas, según el concejal, poseedor de los datos de los últimos años, “no terminan de llenar”, por lo que la mejor decisión es mantener este formato.
Se trató también la cuestión del encabestramiento. El mal funcionamiento de los bueyes del pasado 2015 ha dado que pensar sobre la labor del encerrador y la valoración de otras posibilidades, como su cambio o su atención, para que los cabestros realicen correctamente su función.
La próxima cita, para el jueves 28, seguirá por esta línea de trabajo. Se procederá al visionado de unos vídeos sobre la evolución de los encierros, negativa, de unos años hasta ahora. Organización, encabestramiento y comportamiento de los colectivos serán abordados en esta próxima cita. Igualmente, se valorará realizar algo de pedagogía para hacer comprender a los vecinos y aficionados que el encierro no puede ser como antes, y que se debe ceder en el disfrute particular en beneficio del general.