La Comisión Territorial de Patrimonio Cultural de Segovia autorizó ayer la actividad arqueológica de carácter preventivo vinculada a la obra de la segunda fase de los trabajos de restauración y dotación interpretativa del Real Taller de Aserrío Mecánico de Valsaín, en el municipio del Real Sitio de San Ildefonso, que busca descubrir la época y las distintas fases constructivas de los elementos de apoyo de la maquinaria en la planta sótano y de los elementos conservados en el exterior del edificio, declarado BIC, con categoría de Monumento, a través del Real Decreto publicado el 6 de julio de 2022.
El acuerdo fue adoptado durante la reunión de la Comisión de Patrimonio celebrada por videoconferencia y que estuvo presidida por el delegado de la Junta, José Luis Sanz Merino
Respecto al interior del inmueble, se trata de buscar la información de cada una de las fases constructivas de los elementos conservados en la planta subterránea del edificio, en la que sólo se pueden encontrar las ruedas montadas sobre el árbol que movía la maquinaria de la instalación. Desaparecida la mayor parte de las máquinas, sólo quedan los distintos apoyos, aparentemente modificados a lo largo de los años. En cuanto a los elementos exteriores, se pretende también recuperar el trazado ferroviario original que se utilizaba para el transporte de la madera ya elaborada en vagonetas.
En definitiva, se propone el estudio estratigráfico y tipológico de los bienes y estructuras conservados, con el fin de determinar la secuencia de los elementos que conformaron el edificio original, desde la perspectiva de la arqueología de la arquitectura, apoyándose los trabajos en la excavación de los sondeos arqueológicos de verificación que resulten necesarios para la consecución de los objetivos propuestos.
El Real Taller de Aserrío de Valsaín constituye una excepcional muestra de la arqueología industrial del siglo XIX en nuestro país. Se localiza en el monte Matas de Valsaín y la construcción del inmueble fue llevada a cabo bajo el patrocinio de la Casa Real en 1884.
Fue una instalación muy avanzada para la época. El edificio es un ejemplo de equilibrio entre la racionalidad funcional y el gusto estético. Funcionó durante más de 150 años, hasta principios del siglo actual.
