El hallazgo casual, en febrero de 2012, de un total de 835 fotografías estereoscópicas sobre vidrio en el Convento de la Merced de Soria (sede de la Fundación Duques de Soria) impulsó el nacimiento del Archivo Armicís. Sorprendidos los descubridores ante la singularidad del Archivo, decidieron, inmediatamente, una primera fase de inventariado, documentación y digitalización, lo que permitió corroborar la relevancia de unas fotografías que, realizadas entre los años 1897 y 1907, recogen escenas cotidianas y familiares, así como momentos históricos de los que fue testigo Armicís.
Según explica ahora Blanca Árevalo, conservadora del denominado Fondo Fotográfico Augusto Armicís, la importancia del Archivo viene marcada tanto por el perfil del autor como por la variedad temática, calidad y contenido de las imágenes, que “aportan información de interés para la historia de la meteorología y de la aeronáutica en España, así como datos de gran valor histórico, etnográfico, arquitectónico y urbanístico”.
Nacido en Sevilla, en una familia acomodada de comerciantes, se trasladó a Cádiz cuando tenía cuatro años. Estudió la carrera de Farmacia y viajó por diversos países de Europa. Pronto se aficionó a la Astronomía y la Meteorología, campos que contribuyó decisivamente a introducir y desarrollar en España con criterios modernos. En 1875, conoció en Cádiz a Francisco Giner de los Ríos (1839-1915) —fundador, en 1876, de la Institución Libre de Enseñanza—, con el que tuvo una relación estrecha, al ser uno de los primeros accionistas de esta Institución. Cuando se trasladó a Madrid, en 1884, fue profesor de Física en ese centro educativo, en el que organizó un modesto observatorio astronómico y una estación meteorológica. Arcimís constituye, por su forma de pensar y actuar, por sus convicciones y aficiones, un ejemplo de “institucionista”. Fue el primer director, por oposición, del Instituto Central Meteorológico, fundado en Madrid en 1887, y realizó además una notable labor fotográfica, de gran interés documental, que abarcó aspectos muy diversos.
Al igual que otros institucionistas de tu tiempo, como José Macpherson (1839-1902) y Francisco Quiroga (1853-1894), ambos geólogos y también profesores de la Institución Libre de Enseñanza, Armicís tuvo una casa en La Granja, lo que le permitió fotografiar sus calles, su palacio, sus jardines y su paisaje.
Ese colección de imágenes de La Granja se expondrá, hasta el 6 de marzo, en el Museo Tecnológico del Vidrio, incluido en la Real Fábrica de Cristales. Se trata de 42 fotografías, desconocidas hasta el año 2012, que llamaron la atención a cuantos asistieron al acto inaugural de la exposición, el viernes.
La casa de Armicís en La Granja estuvo situada en el número 14 de la Travesía del Horno. Algunos años después de su muerte, en abril de 1910, sus hijos la donaron, al igual que habían hecho ya con su biblioteca y su material científico, a la Institución Libre de Enseñanza.
El comisario de la exposición, Nicolás Ortega Cantero, ha revelado una nota de mayo de 1915 de la secretaría de la ILE, publicada en su Boletín, donde se hacía referencia a la mencionada casa: “Es una casita recogida, modesta, amueblada y suficientemente capaz para albergar a una docena de personas: sitio admirable para que puedan instalarse grupos de excursionistas y colonos de la Institución. Se han hecho las obras indispensables de conservación en la casa y el mobiliario, y puede utilizarse ya”.
La casa se usó desde entonces, en efecto, para facilitar las excursiones serranas de los alumnos de la ILE. Y fue utilizada, además, por algunos institucionistas que pasaron los meses de verano en La Granja.