Pedro Antonio Gómez, un industrial de Escarabajosa de Cabezas, dedicado a la venta de cochinillos y corderos, accedió ayer a la Plaza Mayor a repartir su mercancía en varios establecimientos del casco antiguo. Y lo hizo, como es habitual, antes de las once de la mañana, cuando el acceso es libre para las tareas de carga y descarga. Sin embargo, al mediodía, cuando se disponía a regresar a su pueblo, le surgió un pedido de última hora. Pedro Antonio no se había percatado de la existencia de la cámara, en la calle Cronista Lecea, situada sobre un mástil a dos metros de altura, y fue un comerciante de la zona quien le avisó que si accedía a la Plaza Mayor por este punto su matrícula iba a ser detectada y, al no ser residente ni tener autorización especial, le impondrían una multa de casi 150 euros. “Me he enterado ahora mismo. ¿150 euros de multa?. Pues tendré que aparcar e ir andando a llevar el lechal. ¡Qué lo vamos a hacer!”, apunta Pedro Antonio, todavía en el interior del vehículo, situado junto a la cámara, que acaba de reconocer, y que lleva toda la mañana sacando ‘fotos’ a los vehículos que atraviesan desde Cronista Lecea a la Plaza Mayor.
La desinformación y el temor a recibir la multa eran ayer la sensación mayoritaria entre los conductores, en el primer día de puesta en funcionamiento del sistema de lectura de matrículas a través de cámaras para regular el acceso a la Plaza Mayor, en sustitución de los bolardos retráctiles, inoperativos desde hace más de un año, a causa de sus frecuentes fallos técnicos.
Las dos cámaras se sitúan donde antes estaban los bolardos; en las calles Cronista Lecea y Barrionuevo. Tras eliminar los bolardos, ningún obstáculo impide acceder al recinto, aunque las cámaras de lectura óptica de caracteres captan las matrículas de los vehículos que pasan junto a ellas. Las ‘fotos’ se almacenan en el dispositivo informático y a las 48 horas se contrastan las matrículas con las registradas en la base de datos que posee el Ayuntamiento de vehículos autorizados. En consecuencia, aquellos que obvien las señales de acceso restringido y accedan al recinto sin estar autorizados serán identificados por el sistema y el Ayuntamiento les impondrá la correspondiente sanción, de 150 euros, de acuerdo con la Ordenanza Municipal de Circulación.
sin incidentes La concejala de Tráfico, Ana San José, destacó ayer que la jornada de estreno del sistema transcurrió con normalidad y aclaró que el número de infracciones no se conocerán hasta el lunes, cuando la máquina ‘vuelque’ toda la información que almacene este fin de semana. La concejala admitió que hubo que reforzarse la presencia policial en la zona, aunque “no con un afán de multar, sino para informar, porque la gente preguntaba, acercándose incluso a dependencias municipales”. Sanjosé puso el ejemplo de un residente que habían cambiado de coche y, al no haber comunicado al Ayuntamiento los datos del nuevo vehículo, temía recibir la multa por el ‘chivatazo’ de la cámara.
La concejala explicó que se mandará una carta informativa a todos los residentes “para que se tranquilicen”, con las nuevas pegatinas que deberán colocar en el parabrisas del vehículo y que no tendrán coste.
No obstante, Sanjosé aclaró que en los primeros días de funcionamiento del sistema, el Ayuntamiento apostará por la flexibilidad. “En los primeros quince días no se impondrán multas, aunque sí se remitirán a los infractores como un aviso, informándoles que ese comportamiento genera la correspondiente sanción”, señaló Sanjosé, para añadir que “queremos que comprueben que les estamos mirando”, bromeó.
Tras indicar que “confiamos en la eficacia del sistema”, la concejala indicó que este ‘ensayo general’ permitirá depurar la base de datos, detectar errores y dar tiempo a que algunos vehículos de residentes puedan “legalizarse”. “Volvemos a la rutina de antes, ahora tenemos unas cámaras y antes unos bolardos, la única diferencia es que ya no hay obstáculos físicos que impidan acceder”, añadió Sanjosé.
De la misma opinión es el alcalde, Pedro Arahuetes, quien, en declaraciones, ayer, a este diario, recalcó: “lo único que se ha hecho es cambiar un bolardo por una cámara. Ya no habrá accidentes con bolardos por imprudencia de los conductores, y aquellas personas que incumplan, pues serán sancionadas”.
Tras apelar a la ‘responsabilidad’ de los ciudadanos, Arahuetes insistió en que al Ayuntamiento “no le gusta sancionar, solo quiere que se cumplan las señales de tráfico”. Preguntado por la aparente falta de información ciudadana en relación al nuevo sistema, Arahuetes recordó que la restricción de paso por la Plaza Mayor ya estaba vigente antes de que él accediera a la Alcaldía, hace ahora ocho años. “Nosotros la pusimos en marcha de una manera más controlada, primero con bolardos y ahora con cámaras, lo único que tienen que hacer los ciudadanos es cumplir las señales de circulación, como, en este caso, la que prohíbe acceder a la Plaza sin autorización”, insistió.
Pero, ¿quienes pueden acceder?. La base de datos tiene actualmente registrados unos 700 vehículos, de los que cerca de 500 son residentes de la zona de influencia, que afecta a un total de 28 calles. El resto, son vehículos autorizados —taxis, servicios públicos y de emergencia—. Los vehículos de dos ruedas pueden acceder libremente, así como los destinados a tareas de carga y descarga —solo entre las 8,00 y las 11,00 horas—y los de personas con movilidad reducida, con independencia de su lugar de residencia. Para los accesos puntuales a domicilios de residentes en casos justificados de necesidad se deberá solicitar con 48 días de antelación. El tiempo máximo de estacionamiento será de 15 minutos. Para los casos de urgencia, bastará justificarlo en las 48 horas posteriores. “La multa no se genera hasta 48 horas después, con lo cual hay margen suficiente para poder justificar”, explicó Sanjosé.
