La organización agraria Asaja-Ávila pide a la Junta la creación de un sistema de indemnizaciones rápidas dotado del presupuesto necesario para ayudar a los ganaderos afectados por los ataques de lobos en la provincia abulense. De acuerdo con sus estimaciones, en lo que va de año los ataques de los lobos han provocado en la provincia unas pérdidas económicas de 50.000 euros, con alrededor de 60 animales muertos.
Ante esta situación, el presidente de la organización en Ávila, Joaquín Antonio Pino, señaló que «es necesario un control cinegético de la superpoblación de lobos existente». Pino sostuvo que «hace falta que se autoricen cacerías y que la convivencia entre el lobo y el ganadero pueda ser pacífica como se ha convivido durante muchísimos años». En este sentido instó a los gobiernos central y regional a coordinarse para propiciar los cambios normativos necesarios a nivel nacional y europeo para poder controlar la población de lobos. Además, reclamó a las administraciones competentes medidas «reales» ante la «indefensión» de los ganaderos e incidió en que los ataques de los cánidos agravan la situación «insostenible» que de por sí vive el sector, «con precios ruinosos que no cubren los gastos de producción».
Pino se refirió a la orden MAM/520/2011 de la Consejería de Medio Ambiente que contempla indemnizaciones para el presente año con una dotación presupuestaria de 120.000 euros para toda la Comunidad Autónoma. En su opinión, es «una cifra irrisoria que no cubre los costes ni contempla los precios reales de indemnización de los animales».
Miles de pollos muertos por un fallo eléctrico
Un fallo eléctrico de la empresa Iberdrola provocó la muerte de 11.000 pollos en una granja de Arévalo, en La Moraña (Ávila). Los animales estaban a punto de salir al mercado, con aproximadamente tres kilos de peso, lo que supone cuantiosas pérdidas económicas para el ganadero afectado. En una primera evaluación, se estima que estas pérdidas ascienden, al menos, a 21.000 euros. A este montante se tendrían que sumar los gastos derivados del acuerdo con la entidad compradora y el coste del pienso con el que han sido alimentados los animales.
Según dio a conocer la Alianza por el Campo, integrada por UPA y COAG, la explotación avícola se ha quedado sin suministro eléctrico por una avería «que depende exclusivamente de la empresa», lo que ha provocado el fallo general en el sistema de climatización.