La coincidencia del Día de la Madre con la última jornada de la XXX Feria Nacional de Artesanía de Segovia permitirá a los más remolones encontrar entre los más de cincuenta expositores que hay instalados en la avenida de Fernández Ladreda obsequios con los que agasajar a las mamás de la casa y cumplir satisfactoriamente con el ritual anual.
El Gremio Artesanal Segoviano, organizador de la muestra, lanza una invitación para que segovianos y visitantes aprovechen las últimas horas de la feria, que se clausura hoy a las nueve y media de la noche, y acudan a conocer el trabajo expuesto por artesanos con talleres en Andalucía, Asturias, Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Galicia, Navarra y País Vasco, así como los que han viajado desde Barcelos, en Portugal.
El maestro mayor del gremio, Jesús de la Cruz explica ayer, tercer día de la feria, que la inestabilidad del tiempo estaba marcando el ritmo de visitas.
La tormenta que se registró la tarde del jueves frenó de forma brusca un buen comienzo de la exposición y provocó daños en siete puestos. En la jornada del viernes y casi hasta la tarde de ayer la amenaza de lluvia desanimó a muchas personas. “Desde luego estamos muy lejos de tener los resultados del año pasado, pero esperamos remontar entre el sábado y el domingo”, comentaba ayer Jesús de la Cruz recordando el éxito de público y ventas con los que fue acogido en 2009 el estreno de la nueva ubicación de la feria, en la céntrica avenida de Fernández Ladreda en vez del Paseo del Salón, y también de fechas, ya que hasta entonces se celebraba en Semana Santa.
Las palabras de Jesús de la Cruz empezaron a tener efectos poco después de pronunciarlas ya que el ambiente en torno a los expositores fue reactivándose a medida que avanzaba la tarde del sábado. El público que paseó por la avenida de Fernández Ladreda pudo comprobar que en su trigésima edición la feria segoviana vuelve a reunir piezas tradicionales con otras que muestran las últimas tendencias en artesanía, nuevas técnicas y nuevos materiales.
Un ejemplo de esta convivencia que siempre es bien aceptada por el público segoviano es la exposición de vasijas, cazuelas, ollas, cántaros, platos, jarras y hornos de leña de alfarería tradicional que fiel a la cita anual presenta el artesano de Fesno de Cantespino, Juan Carlos Martín Arribas, a pocos metros del expositor donde el taller de Zaragoza Grao-Gayoso muestra una colección de gafas de sol y de bisutería de acetato coloreado, con modernos y muy atractivos diseños.
La lista de productos expuestos en el recinto ferial es interminable. Utensilios de cocina, velas perfumadas, llaveros, lámparas, juegos de desayuno en cerámica, relicarios, pendientes de segoviana, álbumes de fotos, bolsos, carteras, juegos de madera, chales de alpaca y de lino, pañuelos, gorros, sandalias, grabados, abanicos, relojes, esculturas, marcos de espejos y distintos objetos de adorno para el hogar, que son valiosas piezas únicas.
Metal, madera, vidrio, textil, cuero, papel, barro son los materiales que dominan en el muestrario que se extiende por la avenida peatonal desde la plaza del Azoguejo hasta el cruce con la calle Gobernador Fernández Ladreda.
Respecto a los precios, el margen es muy amplio. Se pueden encontrar regalos entre 3 y 3.000 euros, de forma que la feria presenta una oferta adaptable a todos los gustos y situaciones económicas.