El «Cristo yacente» de Gregorio Fernández, una de las más hermosas obras de la imaginería religiosa castellana, garantizará su conservación a través de un novedoso sistema de escaneo digital que permitirá digitalizar en tres dimensiones la talla del siglo XVII que se conserva en la Catedral y que participa en la procesión de Semana Santa acompañada por la feligresía de la parroquia de San Andrés.
La empresa 1PixelStudio llevó a cabo en la mañana de ayer el proceso de escaneado que permitirá no sólo conservar todos los detalles de la pieza, sino incluso poder reproducirla a escala si fuera necesario, ya que este sistema permite obtener fiel información tanto de las formas como de los colores de las piezas de arte. Para ello, los especialistas de la empresa, dirigida por el segoviano Víctor Martín Camiruaga, dedicaron toda la mañana de ayer a realizar cerca de un centenar de escaneados de la talla, en un proceso laborioso en el que a los aspectos técnicos se le une un cierto componente artesanal. «Tenemos que ir poco a poco, repasando cada centímetro cuadrado de la pieza -explicó Martín- ya que si bien es cierto que los medios técnicos con los que contamos son muy fiables, no podemos cometer ningún error».
Aunque afincada en Madrid, la empresa está formada por segovianos, y ha firmado un acuerdo de colaboración con la Diócesis de Segovia y el Cabildo de la Catedral para la creación de una base de datos digital en 3D referida a los pasos más importantes de Semana Santa en la capital. Este tipo de bases de datos son «muy frecuentes» en otros países, ya que permiten contar con documentación muy fiable no sólo para el estudio de las piezas, sino para poder emprender su restauración en el momento en el que el paso del tiempo aconseje una intervención para reparar sus daños.
La empresa también llevó a cabo el escaneo digital de la imagen de la Virgen de La Fuencisla, que desde ayer se custodia en la Catedral para celebrar el novenario, y que ha sido recientemente remozada en el Centro de Restauración de Bienes Culturales de la Junta de Castilla y León en Simancas (Valladolid); aunque en este caso, el pequeño tamaño de la talla hizo que el proceso fuera mucho menor, realizándose poco más de 40 tomas.
