Pasear por las calles de Cuéllar o de otras localidades de la provincia viendo pintadas sin sentido es, por desgracia, algo tan habitual que ni impresiona. Pero entre tanto garabato, tanta firma ilegible y dibujos impulsivos, destacan ciertos murales que no han hecho más que embellecer zonas de muchas localidades. Son varios jóvenes los que están viendo todo el potencial de espacios derruidos, paredes insulsas y lugares que podrían ser un soporte a la cultura y al deleite de los sentidos, sobre todo el visual.
Miguel Pérez es uno de esos jóvenes. Natural de Cuéllar, con 25 años y su piel como el mejor muestrario de su arte, cree que se podrían hacer muchas cosas. No tiene consciencia de cuándo empezó a coger el lápiz y dibujar, pero sí recuerda que desde los once años, pasaba buenos ratos en clase haciéndolo Ha sido algo natural e innato, y decidió estudiar “lo único que le gusta”. Se marchó a Segovia, a la Casa de los Picos, a hacer el Bachillerato de Artes. Acabó y le esperaba Salamanca para cursar Bellas Artes; Granada ha sido su último destino para realizar un máster de dibujo. En la carrera ha encontrado de todo y sobre todo, le ha servido para saber que le encanta el dibujo, a mano.
Sus trabajos lo corroboran, porque nada se le escapa y sus creaciones son puro arte, ya sean a grafito -lo que más le gusta, yendo a contracorriente en un mercado en el que todo es digital-, a spray o con humo. Sorprende esta última técnica que le descubrió un profesor, y que le abrió un mundo de posibilidades; y los retratos que realiza dominándolo son espectaculares y muy poco vistos.
Miguel, @miguel_bume en Instagram, donde rellena su biografía con “manos, mente, corazón” -y eso es lo que pone en sus creaciones-, muestra en esta red sus trabajos, pero también en su propia piel, donde se ha realizado tatuajes él mismo. Ve en esto una posibilidad laboral, porque hoy en día proliferan los estudios de tatuajes pero con acabados “cuestionables”. Ha expuesto en varios sitios, ya sean colaboraciones, concursos, o aquella muestra de Jóvenes Talentos del Ayuntamiento de Cuéllar hace varios veranos. Va a buscar galerías o espacios en los que enseñar que en lo que hace pone un talento que pocos tienen y que podría usarse para muchas cosas, como ilustrar publicaciones, algo que le gustaría.
Otra de ellas podría ser a lo que dedica tantas horas, como es embellecer paredes con su spray. Se puede llamar grafiti o mural, pero lo que está claro es que hay espacios de Cuéllar y de otras localidades, como Sanchonuño, que gracias a sus manos y a las de compañeros suyos, ahora son algo digno de ver cuando antes eran algo de lo que apartar la mirada. Hace algo así como cinco años y una instancia del Ayuntamiento realizó su primer grafiti en la pared del campo de fútbol, y así ha seguido, con amigos, haciendo más y más. Se gastan su dinero en botes de spray y le ponen su pasión, y así se pueden ver cocodrilos llenos de color o una manada de caballos muy particulares, en Sanchonuño, su última creación para el concurso de grafitis del municipio, una gran iniciativa.
No reciben ayudas, ni él ni sus amigos, pero sería para ello, porque otras localidades como Nava de la Asunción gozan de un atractivo turístico gracias a este tipo de arte y de recuperación de espacios. Miguel confiesa que pasea por su villa y ve mil posibilidades: “A Cuéllar le daría una riqueza cultural impresionante”. Paredes como la de la zona de El Soto o junto a la estación de autobuses son una página en blanco para él, e imagina todo lo que se podría hacer. Da igual que sean de propiedad privada; el arte sería para todos. Asegura que han recibido propuestas para llenar espacios en la piscina y en las escaleras tras el antiguo Cine Ideal, puntos que se llenan de algo que poco tiene de artístico una y otra vez. Pero aún esperan respuesta a sus bocetos y a us ansia de pintar, aunque para muchos todo esto del spray tiene una connotación negativa.
“Algo está cambiando, pero todavía mucha gente piensa que es vandalismo, por lo que ves por las calles”, explica Miguel. Por eso son necesarios espacios legales, para concienciar, “para que la gente vea un buen mural”. Miguel cree que aún le queda “mucho por aprender”, “que no sabe bien como se llega al término artista”, pero mientras, se junta con sus amigos y mueve su arte, da igual el tema, y ojalá todos podamos contemplar más todo lo bueno que hace con sus manos.
