A veces el arte sorprende en contextos inesperados; tanto que, si no se va sobre aviso, se puede pasar de largo sin valorarlo. Este podría ser el caso de los vestíbulos de edificios públicos: pinturas murales, esculturas o azulejos decorados que parecen reclamar la atención de alguien que se detenga a mirar en las paredes de bares, restaurantes, bancos, salas de actos o centros de enseñanza.
El instituto de La Albuera, conocido antiguamente como Ángel del Alcázar, tiene desde casi sus inicios una interesante pintura mural, obra del artista polifacético Pepe Diviú —músico, dibujante, escritor, humorista, cineasta, dramaturgo y profesor del instituto—, que representa a unos pescadores y unos agricultores separados entre sí por un pilar del Acueducto. Del techo cuelga una enorme y extraordinariamente trabajada lámpara de metal, realizada por los alumnos de los primeros tiempos del centro y diseñada por aquellos profesores pioneros de la Formación Profesional, auténticos artistas del trabajo con el metal.
La celebración en 2015 del cuarto centenario de la segunda parte del Quijote reanimó la vena artística de los profesores actuales y sus alumnos. Durante estos cuatro años el vestíbulo se ha convertido casi sin querer en un curioso muestrario de arte moderno, con base material del trabajo de los talleres y con temas literarios. Empezó como trabajos de exposición temporal, pero la originalidad y calidad del resultado aconsejó dejarlos a la vista de todos de forma continua.
En un rincón, quedó una escultura futurista de Don Quijote en tamaño real, formada con piezas de desecho. Sobre el mural de Pepe Diviú, un capó tuneado con una imagen de don Quijote y Sancho recorriendo La Mancha. Y, a los lados, sobre puertas de automóviles, caricaturas de los escritores más significativos en los cuatro idiomas que se estudian en ‘La Albuera’: Shakespeare (inglés), Molière (francés), Kant (alemán) y Cervantes (castellano). El centenario de la llegada de Antonio Machado a Segovia como profesor de francés ha traído una nueva puerta tuneada para la exposición permanente.
“Es un privilegio para un instituto poder aunar la tecnología y la literatura a través del arte. ¡Ojalá nunca perdamos esa perspectiva para que la enseñanza sea capaz de guiar por caminos plurales los destinos de nuestros jóvenes estudiantes!” comenta el director del centro, Jesús Pastor.
