El confinamiento está sacando el lado creativo de muchas personas, pero para los artistas, este ha sido el momento de poner todas sus ideas y exprimir su potencial. Así lo ha hecho el artista cuellarano Alfonso Rey, esta vez con la compañía de su hija mediana, Carmen. “Nos hemos hecho socios”, bromea Alfonso, que cuenta cómo surgió todo en esta cuarentena en la que ambos vieron el momento idóneo para reinterpretar la realidad. Rey afirma que si no “afilo el lapicero, me muero”. Así que con el grafito y el papel como únicos -y valiosos- materiales, padre e hija comenzaron a crear. Las ideas las cocinan entre los dos, y Carmen aporta y colorea para que cada dos días haya material nuevo que se “viraliza” a través de las redes, pero en el sentido más positivo que puede traer todo le referente a virus estos días. “Carmen es la community manager de este invento”, cuenta Rey.
UNIR TEMÁTICAS
El artista no ha dejado de lado los toros y la temática a la que tiene acostumbrado a su público y la ha combinado con la representación del virus; rejoneadores que rematan la faena al covid, toros que lo embisten, cartas de la baraja versionadas y, para estos días de Semana Santa que concluyen, una serie de similitudes que han sorprendido todavía más. El Cristo atado a la columna ha pasado a ser un paciente que abraza la botella de oxígeno; la Última Cena la protagonizan sanitarios y pacientes; La Verónica no sostiene el manto, porque es un médico que sostiene una radiografía de tórax. Cada una de las ilustraciones, que pueden verse en Instagram –@alfonsoreypintor– da un giro más allá de una Semana Santa tan atípica.
Todo está medido en esta propuesta creativa de cuarentena activa, y la firma de este tándem artístico tampoco es casualidad: Monarca&Filha. A Alfonso Rey, su amigo y compañero en otras creaciones literarias y pictóricas, el poeta cuellarano ‘Chan’, siempre le llama amistosamente “Monarca”, así que la primera parte de la rúbrica estaba decidida. La segunda, hija en portugués; un país con el que tiene tan buena sintonía como con su mediana.
Alfonso Rey cuenta que esta iniciativa le ha hecho ponerse en la piel de los viñetistas, artistas de gran valor para él porque confeccionan “una editorial que se lee en un golpe de vista, que además es efímera y momentánea”, como explica. Y como a ellos, esto le hace marcarse el objetivo diario. Acostumbrado al óleo sobre tabla, a los abanicos, los botijos y a su escultura en hierro, el soporte esta vez es más “humilde”, como él mismo reconoce, porque solo es papel, el mismo que usa para sus bocetos. “No dio tiempo a pensarlo, así que papel, lápiz, tinta y lápices de colores” funcionan como el material más valioso estos días. Para el buen artista no hace falta más herramienta y, además, señala que el papel está detrás de todas las obras. Los bocetos para cualquiera de las suyas ocupan parte importante del trabajo, los pasos previos, los detalles, e indica conciso que el lápiz “no lo cambio por nada”.
Si habrá una exposición de estas obras o se recopilarán más allá del feed de Instagram, Rey cree que no se trata de algo “que querremos recordar”; su intención es efímera y así quedará. A cuándo concluirá esto, si será con el fin del confinamiento o irá más allá, Rey explica que no hay “fecha tope”. “No dependemos de nadie, no tenemos jefe, así que seguiremos mientras dure esta situación tan atípica y especial”, señala . Además, confirma que el problema real estaría en que se acabaran las ideas, y eso no parece que vaya a ocurrir.
El arte, como explica Rey, tiene muchos fines, pero el que une a la mayoría de artistas es el de representar la realidad con interpretación propia de cada uno, “pasado por sus filtros”. Así lo hacía Velázquez, y lo hacía también Picasso, como él mismo cuenta: “interpretar la realidad era casi su misión”, afirma Rey. Así es su misión en un tiempo “durísimo”; Rey explica que siendo así lo que se vive, con este “bofetón de realidad”, todavía “llama más a representarlo”. Igualmente, reconoce que hay muchos artistas que se encontrarán apesadumbrados y poco creativos, con las facetas de crear inactivas, pero para él y para Carmen, las circunstancias de días juntos y las ideas, les han hecho “arrancar”; y de qué manera.
Día a día, Alfonso y Carmen continúan con sus obras en las que elblanco del papel domina sobre todos los colores; el mismo que el de una bandera blanca que anuncie la esperada paz en esta particular guerra librada por todos.
