Es un requisito imprescindible. Sin lluvia no hay setas. Y ayer, en el arranque ‘oficioso’ de la temporada 2012 en El Espinar, no paró de llover. Tanto, que amenazó la degustación organizada por el restaurante ‘La Brasería’ en la Plaza de Castilla de San Rafael. Sin embargo, los promotores de la idea decidieron no suspender la comilona. Y el público no falló a la cita gastronómica.
“¡Parece mentira!, ¡hemos repartido cerca de 550 platos, a pesar del agua que estaba cayendo!”, se sorprendía el propietario de ‘La Brasería’, César Boal. El reparto comenzó poco después de las dos y no acabó hasta una hora después. Cada comensal se llevó, tras abonar tres euros, un plato lleno de arroz con setas (boletus edulis y trompetas negras), pan y un vaso de vino. El chaparrón no amilanó a casi nadie. Así, cada cual se buscó alguna forma de no mojarse en el entorno de la Plaza de Castilla. Pocos —unos 80—pidieron un tupper para llevarse el plato a casa. Al final, de los 60 kilos de arroz que se echaron en el gran caldero apenas sobró comida. Para unas 40 raciones. Boal estaba visiblemente satisfecho. “Muy, muy bien; de 10”, recalcaba el hostelero. Entre los presentes había buenas sensaciones. “Esto (la lluvia) vendrá bien”, decía un micólogo. “Con este champlazo, esta semana saldrán muchas setas”, añadía a su lado un experto recolector. Y así, entre regocijo por el exquisito plato y conversaciones informales sobre setas, discurrió la degustación, cuyos beneficios irán a parar a Cruz Roja, entidad cuyos voluntarios colaboraron ayer.
En el ecuador de octubre, en El Espinar comienza la temporada alta de recogida de setas. Las repercusiones económicas alcanzan más allá de lo que inicialmente se pudiera imaginar. “Para ‘La Brasería’, el mes de octubre es como el de agosto”, reconocía Boal, esperando que sus Jornadas Micológicas —hasta el 25 de noviembre— sean, otra vez, un éxito.
