Un hombre fue arrestado por intentar entrar en la Casa Blanca, un día después de que otro hombre saltase la verja y se dirigiese hacia la residencia presidencial provocando la evacuación de parte del edificio. El Servicio Secreto estadounidense anunció que ampliará las medidas de seguridad para evitar este tipo de incidentes.
El hombre volvió a hacer saltar las alarmas de seguridad al acercarse a pie a la Casa Blanca y volver a intentar entrar en el edificio en coche, después de haber sido echado por las fuerzas de seguridad. “Se ha negado a irse y ha sido arrestado por allanamiento”, explicó el Servicio Secreto.
Este incidente es el segundo que tiene lugar este mismo fin de semana, después de que el viernes otro hombre, de 42 años y procedente de Texas, saltase la verja de la Casa Blanca y se dirigiese corriendo por el césped hacia el edificio presidencial.
Portaba una navaja
El Servicio Secreto estadounidense informó de que Omar Gonzalez, detenido el viernes por saltar la verja de la Casa Blanca y dirigirse hacia la residencia presidencial, llevaba una navaja consigo.
González, de 42 años de edad, fue acusado de entrar ilegalmente en un recinto restringido con un arma mortal o peligrosa, al llevar en el bolsillo del pantalón una navaja de 3,5 pulgadas (casi 9 centímetros), delito por el que podría pasar hasta diez años en prisión.
En un principio los medios locales indicaron que el intruso parecía no estar armado en el momento de la detención, una información que contradice la declaración jurada presentada por el Servicio Secreto y recogida por la cadena CNN.
Este allanamiento fue una de las más importantes violaciones de la seguridad de la Casa Blanca desde que el presidente, Barack Obama, asumiese el cargo. El mandatario no se encontraba en el edificio, al haber partido poco antes en el helicóptero presidencial hacia Camp David junto a sus hijas.
Aumento de patrullas
Estos dos incidentes plantearon cuestiones sobre los protocolos de seguridad de la Casa Blanca, un edificio que cuenta con un amplio sistema de seguridad con un despliegue de numerosos agentes del Servicio Secreto y francotiradores.
Ante esta situación, la directora del Servicio Secreto, Julia Pierson, anunció la puesta en marcha de una serie de medidas que tendrán como objetivo incrementar las patrullas y las instalaciones de vigilancia en las inmediaciones de la Casa Blanca.