El primer juicio del caso Palma Arena dio ayer comienzo, en medio de una gran expectación, en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares, en cuyo banquillo se sientan el expresidentes del Gobierno balear Jaume Matas y otros cinco acusados.
El primero llegó en torno a las 09,45 horas, siendo recibido por alrededor de una treintena de ciudadanos que se acercaron a estas dependencias de la Vía Alemania lanzándole insultos y gritos al exdirigente como «ladrón» o «devuelve el dinero».
El que fuera ministro de Medio Ambiente será juzgado por presuntos delitos de malversación, fraude, falsedad en documento oficial, prevaricación y tráfico de influencias, por los que la Fiscalía Anticorrupción solicita un total de ocho años y medio de cárcel contra él, la misma pena que reclama la Abogacía de la Comunidad Autónoma.
La vista oral arrancó con la fase de las cuestiones previas, pasando a declarar el administrador de la agencia de comunicación Nimbus, Miquel Romero, que afirmó que Matas le propuso en 2003 participar en un concurso que iba a ser convocado para una asesoría externa de comunicación, a pesar de que en realidad sería utilizado para encubrir el pago de los discursos redactados por el periodista Antonio Alemany. De hecho, según él, el exministro le comunicó la pretensión real y, aunque le pareció «un poco irregular», finalmente accedió a ello.
Urdangarín
Mientras, un día más, se volvieron a filtrar informaciones sobre la Operación Babel, que implica directamente al Duque de Palma, Iñaki Urdangarín. Y es que el Instituto Nóos cobraba en 2006 una tarifa de 417 euros la hora por los servicios de asesoramiento ofrecidos para la organización de eventos
Por su parte, el abogado del yerno del Rey, Mario Pascual, advirtió de que no se quedará «quieto» ante las filtraciones del sumario: «Me sorprende que sea de dominio público. Habrá que estudiarlo, meditarlo, valorarlo y veré lo que haré. Lo consultaré con las almohadas».
