Calma, no me refiero al hijo de Zeus y Hera, dios de la guerra en la mitología griega. Nada de conflictos en estos tiempos en los que la estupidez humana altera el ecosistema fraternal en distintas zonas del orbe.
Me presento ante ustedes en este foro para hablarles de Javier Ares. Insigne periodista y voz del ciclismo desde hace décadas, tanto en radio como en televisión. El oficio de narrador es fastidiado, no crean, y en algunos deportes todavía más. Normalmente, el narrador de ciclismo se enfrenta en soledad, o con el respaldo de un comentarista que suele ser un exciclista, a un pelotón de corredores distribuidos en varios equipos con uniformes en algunos casos muy parecidos. Y sin contacto visual directo, porque lo ve igual que nosotros desde casa, a través de una pantalla. El entorno cambiante y las situaciones meteorológicas que distorsionan la realidad hace de los profesionales de la narración ciclista auténticos expertos en la improvisación.
A lo largo de los años he escuchado a muchos narradores, pero me quedo con Javier Ares por su capacidad para involucrar al espectador hasta el punto de casi compartir esfuerzo con el ciclista y, sobre todo, por el perfecto uso de la terminología específica adaptándola al país donde se desarrolla la prueba. Sin inventos ni palabras extrañas.
Ahora metidos de lleno en el Giro de Italia, es un placer escuchar a Javier Ares incluso en esas etapas en las que hay un centenar de kilómetros con poca historia. Por eso el término ‘profesional’ que por desgracia se suele otorgar con demasiada ligereza le viene a Javier Ares tan bien. Referente.
