Se diría que les apasionan los juguetes, pero se trata de creaciones artesanales que precisan de mucho tiempo de elaboración. Son recreaciones en miniatura de la más diversa maquinaria agrícola. Sus dueños son jóvenes pertenecientes a una generación que creció jugando con tractores, camiones o maquinaria pesada de obras.
Llegados a la edad adulta, algunos han apostado por trabajar en el campo, y ahora utilizan esos vehículos como herramienta. Todos tienen en común esta peculiar afición, que les tiene unidos aunque procedan de distintas regiones españolas. Y en Segovia se citan de forma regular para compartir esa pasión.
Crean sus pequeños vehículos tras un diseño previo. Luego los fabrican con impresoras 3D o de resina. Entre ellos se comunican con un grupo de wasap denominado Agro 32 que hace referencia a la escala a la que fabrican sus piezas.
Juan Pablo Moreno Andrés es uno de ellos. Natural de Abades, comenzó de niño coleccionando juguetes. Fue ampliando su abanico de pequeños tesoros hasta organizar exposiciones en distintos lugares. No sólo las ha llevado a la Feria El Angel de Fuentepelayo, sino también al patio del palacio de la Diputación Provincial, a Añe, a Fuentemilanos, Cuéllar… e incluso fuera de Segovia, como Arrabal del Portillo (Valladolid), o Palacios de Goda (Ávila), la más reciente.
Víctor Fuentes, de Fuentesaúco de Fuentidueña, también forma parte del grupo. Sus últimas creaciones son dos piezas que reproducen sendos tractores Ebro, haciendo así honor a una de las marcas más reconocidas de la industria automovilística española. Ha tenido que dedicar muchas horas a medir cada una de las piezas de los tractores originales.
Todos estos aficionados han llevado a cabo este fin de semana una quedada para visitar el Museo del Tractor de Segovia, donde no han faltado una prueba de fuerza (tractor pulling), ni la visita didáctica de José Luis Horcajo, para luego reunirse y contemplar los avances artísticos de estos grandes creadores.

