El absentismo laboral se ha convertido en “uno de los problemas más acuciantes del mundo empresarial” con “cifras realmente preocupantes” y que en Castilla y León se encuentran en una media del siete por ciento, lo que supone 1,5 millones de personas, que “tienen incapacidad temporal, que no la tienen o que incluso que no tienen ninguna baja por nada, sino que ese día no van a trabajar”. Esta cifra ha sufrido “una subida exponencial” a consecuencia del COVID-19, ya que antes de la llegada de la pandemia se situaba en el tres o el cuatro por ciento.
Así lo apuntó este miércoles el presidente de la Conferencia Española de Organizaciones Empresariales de Castilla y León, Santiago Aparicio, durante la inauguración en León de la jornada ‘Absentismo: un reto empresarial’, en la que lamentó que el absentismo “se está convirtiendo en un problema muy complicado”.
Aparicio explicó que por un lado se encuentra el problema de las vacantes ocupacionales “que realmente cuesta muchísimo trabajo encontrar a alguien que tenga una cualificación, ya sea por motivos de envejecimiento, por falta de personas o por la continuidad de las empresas, donde no hay relevo generacional”. Por otro lado, aludió al “problema de sanidad”. Santiago Aparicio abogó por “la concienciación” para que “se empiecen a tomar medidas para que cambie la situación”.
En este sentido, la directora de Empleo y Protección Social de CEOE España, Rosa Santos, señaló las incapacidades temporales por contingencias comunes como causa de absentismo más importante, para lo que “la negociación colectiva trabaja en analizar cuáles son esas causas”.
Asimismo, apuntó a “un problema enorme de falta de recursos en la sanidad pública”, lo que “que contribuye a ese incremento por “un colapso que produce un mayor número de bajas y un alargamiento de las mismas”. A ello sumó “algunas políticas públicas que se han rectificado en los últimos diez años y que se deben volver a dar una vuelta”.
En todo ello se trabaja en la mesa de Diálogo Social, para lo que se llegó a un acuerdo para que las contingencias de origen traumatológico se asistan a través de las mutuas, que suponen 1,4 millones al año, algo que ya se está impulsando en muchas comunidades autónomas, debido a que “está medido que cuando actúan las mutuas se reduce a la mitad el tiempo de curación”, aunque todavía no se ha implementado en Castilla y León.
