El mundo se quedó ayer, por unos minutos, a oscuras. Y es que cerca de 2.000 millones de habitantes, casi un tercio de la población mundial, se sumó a la iniciativa de WWF, La Hora del Planeta, en 5.000 ciudades de 150 países de todo el globo terráqueo, cuando se apagaron las luces entre las 20,30 y las 21,30 horas como símbolo de lucha contra el cambio climático.
Todas las capitales españolas participaron en la iniciativa y la mayoría de los edificios emblemáticos de la arquitectura patria se quedaron sin iluminación para pelear por el planeta, como la Sagrada Familia, el Palacio Real de Madrid, el Monasterio de El Escorial, el Palacio de Aranjuez; y varios lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, como la Torre de Hércules o la Alhambra de Granada.
Pero esta iniciativa fue internacional. Así, la luz comenzó a apagarse en Australia y, poco a poco, más de 100 iconos del mundo como la Ópera de Sydney, la Torre Eiffel, el Big Ben, o el Empire State quedaron sumidos en la oscuridad.
Este proyecto, que se celebra por sexta vez, contó con un récord de países, hasta un total de 150, algunos de los cuales nunca habían participado. Ése es el caso de Libia, Argelia o la Guayana Francesa.
Igualmente, desde la organización se celebró la gran implicación de las empresas de todo el mundo y que, solo en España contó con más de un centenar de corporaciones de distintos sectores. Entre ellas figuró Inditex o Coca-Cola, así como 200 asociaciones y 100 centros educativos.
Entre los retos de esta iniciativa estaba, y se consiguió, reunir a 500 personas para formar un oso panda gigante (icono de WWF), que se formó en la Plaza de Oriente (Madrid). Asimismo, la organización programó distintas acciones y actividades en numerosas ciudades.
