El salón de actos del Ayuntamiento de Carbonero el Mayor sirvió de escenario para la presentación del libro ‘A Devoción. Exvotos y otros objetos Votivos en la Ermita de Nuestra Señora del Bustar’, del joven escritor Antonio Arcadio García, de Carbonero el Mayor. Un acto que contó con la asistencia de unas 200 personas y “muchos tuvieron que escuchar desde la puerta de entrada”, aseguraron.
El acto fue “muy emotivo y cercano”. Así, hicieron un recorrido por el contenido del libro fijándose en algunos exvotos significativos conservados en la ermita de la Virgen del Bustar y de algunas anécdotas y descubrimientos fruto de la investigación llevada a cabo en el proceso de estudio que precede al libro.
El autor, — “después de emocionarse por ver a tanta gente”— explicó sus razones por las que decidió elaborar el libro: su vinculación personal con la Virgen del Bustar por la devoción transmitida por su familia desde pequeño, además de su faceta como investigador de la cultura tradicional en la provincia de Segovia y su pueblo: entrevistas a personas mayores, recisión de archivos parroquiales e históricos, fotografías, visitas a otros lugares….
Para Antonio, el libro “pone el foco en un patrimonio muchas veces denostado y olvidado como son los exvotos”. Un exvoto es un objeto material ofrecido por un devoto a una imagen y generalmente depositado en un lugar de culto. Su objetivo es servir como muestra de acción de gracias por un favor o milagro recibido y para pedir su intercesión. Además, a este sentido hay que añadir el de ser recordado y permanecer físicamente en cierto modo junto a la Virgen, Cristo o Santo en cuestión.
Según continuó explicando García, hay exvotos de muchos tipos. Desde elementos relacionados con el devoto o el milagro por el que se ofrecen, muletas, trenzas de pelo, a representaciones pictóricas retratos en lienzo, figuras de cera o elementos para contribuir al agradecimiento del templo en el que se depositan acercando las devociones personales, a veces de imágenes de pueblo lejanos. “Carbonero tiene la suerte de conservar muchos de ellos en su ermita gracias a la labor de Comisarios, Mayordomos y Priostes”.
“Cada uno de estos exvotos posee una historia personal distinta, un origen y un porqué. Muchos, además, son ejemplos de arte popular y tienen siempre su punto de personalización muy interesante. Además nos muestran cómo vivíamos la fe en otro tiempo y nos permiten conocer por medio de los retratos como vestían antes, como se peinaban…”. En definitiva, “se pretende poner en valor un patrimonio cultural que, aunque quizá no tenga un valor económico y artístico muy importante, si lo tiene cultural y forma parte de nuestra identidad y tradición”, añadieron. Además, se aporta una visión histórica de su presencia en el santuario, a través de datos históricos recogidos a vecinos del pueblo y en los libros de cofradía de la ermita y numerosas fotografías que documentan este patrimonio.

El libro cierra con un anexo fotográfico que muestra la evolución de la apariencia de la Virgen del Bustar desde el cuadro más antiguo que se conserva ubicado en el santuario de la Virgen de Hornuez, siguiendo por distintos grabados y fotografías hasta la actualidad, medallas, pinturas, fotos, bordados…”Este apéndice permite conocer imágenes muchas veces en colecciones familiares y particulares que de otra manera quizá seria imposible disfrutar”.
El acto contó con la intervención — en formato vídeo — del joven que ha escrito el prólogo, el leonés José Luis de Heras Alija, experto en temas de tradición y religiosidad popular, además de autor de varios artículos y dos libros sobre estos asuntos. También asistió María Eugenia Santos Tardón, autora de la presentación del libro y natural del vecino pueblo de Pinarnegrillo.
Se cerró el acto con unas palabras de los Mayordomos de la Virgen del Bustar y después de los aplausos, “una larguísima cola esperaba a que Antonio firmara los libros, un grupo de amigos de Antonio venidos de San Pedro de Gaíllos, Sepúlveda, Íscar, Palencia y León pusieron el toque final con la ‘música del país’, como decían antes, tocando la gaita (dulzaina) tambor y bombo”. Tras la firma, los músicos tocaron la entradilla, “algo muy emocionante para el autor del libro por ser una pieza muy representativa del folklore castellano y reservada para momentos especiales”.

