En el elenco de ‘marchas solidarias’ que se celebran en Segovia ha logrado asentarse la organizada por la Casa Familiar ‘Nuestra Señora de la Encarnación’, más conocida por el nombre de la congregación religiosa que la dirige, los Hermanos de la Cruz Blanca. Más de tres centenares de personas se inscribieron ayer en la cuarta edición, que al igual que las tres anteriores tuvo lugar el primer domingo de junio. “Estamos muy contentos, ha venido más gente que nunca”, señalaba, radiante, Vanesa Hernández, coordinadora de actividades de la mencionada Casa Familiar.
El recorrido fue idéntico al de otros años. Saliendo todo el grupo con camisetas blancas desde el Acueducto, los andariegos se dirigieron hasta la iglesia de la Vera Cruz, intentando, en la medida de lo posible, utilizar caminos naturales. Aunque la mañana resultaba magnífica para pasear, algunos alérgicos al polen pasaron un mal en los tramos con más vegetación. El grupo subió después a Zamarramala, donde estaba previsto el avituallamiento. Después, un pequeño trayecto por el llamado ‘Camino Natural del Eresma, hasta entrar en el valle del Clamores. El último tramo, por el Paseo del Salón, para dar a la Plaza Mayor, donde el popular Salva se encargó de amenizar a los andariegos, que allí recibieron bocadillo, refresco y fruta. En total, cerca de 10 kilómetros por caminos del entorno de Segovia.
La recaudación — el donativo de inscripción era de cinco euros— se destinará a la adquisición de una nueva caldera para la Casa Familiar, que en la actualidad cuenta con 22 residentes, a los que se suman tres que lo usan como centro de día. “Esa es una de las obras más urgentes que necesitamos —explicaba Hernández— y queremos que se realice antes del invierno”.
