El Real Madrid comenzó a preparar ayer el partido de Champions del miércoles ante el Copenhague con Carlo Ancelotti en el ojo del huracán: el italiano es el foco de muchas críticas cuando acaba de cumplir 100 días como entrenador blanco.
El equipo escenificó públicamente que la situación no es la ideal. Antes del entrenamiento, todos los futbolistas se reunieron en torno al transalpino para escuchar sus mensajes. Y cada uno de los futbolistas reflejaba en su rostro todo menos relajación.
Lejos de mitigarse el ruido que hay en torno a la ‘Casa Blanca’, lo ocurrido el sábado en el derbi es una bola de nieve que sigue engordando. No solo ganó el Atlético de Madrid (1-0) en el Santiago Bernabéu después de 14 temporadas sin hacerlo en la Liga, sino que el gran rival del Real Madrid en la ciudad destapó muchas carencias en el equipo ‘merengue’, situado ya a cinco puntos de los líderes de la clasificación.
En una semana en la que Ancelotti cumple 100 días desde su llegada al club de Concha Espina, la mayor crítica que recibe es que no ha conseguido apostar por un estilo propio. En eso coinciden todos los analistas.
Si en su presentación se distanció de su antecesor en el cargo, José Mourinho, y anunció «espectáculo», lo cierto es que ahora se le reprocha que haya dado un paso al costado para defender un fútbol más ‘italiano’. Al menos eso se deduce de su alineación del derbi, cuando reforzó la medular con dos centrocampistas defensivos como Sami Khedira y Asier Illarramendi.
Además, en esa transición hacia algún lugar, el mayor problema no es quizá el estilo indefinido, sino que el conjunto de Chamartín ya se ha dejado cinco puntos respecto a Barcelona y Atlético en el torneo doméstico. Es decir, no le queda demasiado margen de error.
Mientras, la hinchada se inquieta y el sábado se escucharon gritos de recuerdo a Mourinho en el Bernabéu. Y no solo por parte del sector donde se encuentran los seguidores más radicales, defensores de la filosofía del luso.
Precisamente, Ancelotti se someterá mañana a un pequeño plebiscito de una afición que en el duelo ante el Atlético protestó por primera vez algunas decisiones del italiano. Regresa la Champions, si bien, el débil Copenhague no debería inquietar el triunfo blanco.
Pero ese partido, de repente, cobró un mayor interés por el estado ‘prebélico’ que atraviesa el madridismo, producto del decepcionante juego mostrado por el equipo blanco en este inicio de campaña a pesar de los 180 millones de euros invertidos este año en fichajes, con Gareth Bale a la cabeza.
Será el momento de ver si ‘Carletto’ regresa a su idea original de masticar más el juego en la medular. O si devuelve galones al centrocampista croata Luka Modric, uno de los favoritos de su afición. O si sienta al criticado Karim Benzema para poner al joven Álvaro Morata, como también le pide la hinchada blanca.
Aunque Ancelotti sabe, al menos de momento, que tiene a los jugadores de su parte. «Está haciendo un gran trabajo y hay que estar unidos, seguir trabajando y salir adelante. No se puede jugar siempre bien. La culpa es de los futbolistas que no hemos estado bien. Yo, por ejemplo, estuve mal. Hay que estar con el míster porque es un gran entrenador y una gran persona», aseguró el sábado Cristiano Ronaldo.
Pero el fútbol no entiende de paciencia y de buenas personas cuando aparecen las derrotas, y más en un club que invirtió muchos millones de euros para vencer en todos los frentes.
