El comercio minorista en Castilla y León presenta varios problemas estructurales que han estado latentes desde hace años, pero que se han agudizado por factores coyunturales recientes como la pandemia. Entre estos problemas destacan la atomización del sector, una baja cultura empresarial, la resistencia al cambio, una capacidad financiera reducida, la falta de relevo generacional y modelos de negocio que no han sido capaces de adaptarse a los cambios tecnológicos y sociales.
Estos problemas, sumados a la reducción de la actividad económica, cambios en los hábitos de consumo y la disminución de la capacidad de gasto, han planteado un horizonte incierto para el comercio de proximidad a corto y medio plazo.
A nivel nacional, el comercio representa el 12,6% del PIB, mientras que el comercio minorista contribuye con un 5%. En términos de empleo, el comercio genera alrededor del 10% del total nacional, con Castilla y León registrando cifras similares. Además, el comercio tiene un ‘efecto arrastre’sobre otros sectores económicos, lo que significa que su buen funcionamiento beneficia a otras actividades, como la logística y el transporte, subrayando la importancia de mantener un comercio minorista fuerte y dinámico.
En cuanto a la evolución de las empresas en Castilla y León, el sector ha experimentado una importante disminución en el número de establecimientos desde el año 2010. En el período comprendido entre 2010 y 2022, el número de empresas minoristas en Castilla y León ha disminuido en un 22,25%, frente a una reducción del 15,23% a nivel nacional. La rama de actividad que ha experimentado una mayor caída ha sido el ‘comercio al por menor en establecimientos no especializados’, con una disminución del 54,28% en la región. En contraste, el comercio por internet ha sido el único sector que ha crecido, con un aumento del 39,97% en Castilla y León, lo que refleja el crecimiento imparable del comercio electrónico.
Dimensión y localización
En cuanto a la dimensión de las empresas, el comercio en Castilla y León está dominado por establecimientos pequeños. Según los datos de 2023, el 50,62% de los locales comerciales de la región no tiene empleados, lo que es superior a la media nacional del 47,66%. Los locales con uno o dos empleados representan el 34% en la Comunidad, frente al 32,38% en el resto de España. Esto demuestra que la mayoría de los comercios en la región son microempresas o negocios familiares que operan en un entorno altamente competitivo.
Si se analiza la evolución del número de locales, también se observa una tendencia decreciente. Entre 2010 y 2022, el número de locales comerciales se redujo en un 19,20% en Castilla y León, una caída mayor que la registrada a nivel nacional (11,97%). Esta disminución ha sido más acusada en los estratos de locales con mayor número de asalariados. Por ejemplo, los establecimientos con más de 49 empleados han disminuido en un 41,67% en la región, lo que refleja un proceso de concentración en los grandes comercios y la creciente dificultad de las pequeñas y medianas empresas para competir en el mercado.
Por ramas de actividad, la mayor disminución de locales en Castilla y León se produjo en el subsector del “comercio al por menor en establecimientos no especializados”, con una caída del 42,71%, seguido del “comercio al por menor de equipos para las tecnologías de la información y las comunicaciones”, que se redujo en un 27,31%. En contraste, el comercio al por menor no realizado en establecimientos físicos (por internet o venta directa) experimentó un crecimiento del 23,26%, lo que confirma el avance del comercio digital en la región.
En cuanto a la distribución geográfica de los establecimientos, como era de esperar, los núcleos urbanos más grandes concentran la mayor parte del comercio. Las provincias con mayor número de establecimientos comerciales son Valladolid y León, seguidas de Burgos y Salamanca. En las áreas rurales, la falta de infraestructuras y la dispersión de la población han dificultado la supervivencia de los pequeños comercios, lo que ha generado una importante brecha entre el comercio urbano y el rural.
Cifra de negocios
La cifra de negocios del comercio minorista en Castilla y León ha mostrado una evolución desigual en los últimos años. Según los datos de la Encuesta Anual del Comercio de 2022, la cifra de negocios del comercio al por menor en la región alcanzó los 13,1 millones de euros, lo que representa el 4,60% del total nacional. Este porcentaje coloca a Castilla y León en la séptima posición entre las comunidades autónomas en cuanto a aportación a la cifra de negocios del comercio en España.
El sector del ‘comercio al por menor en establecimientos no especializados’, que incluye grandes superficies y supermercados, fue el que mayor contribución tuvo a la cifra de negocios del comercio en la región, con un 35,98% del total. Le siguieron el ‘comercio al por menor de combustible para la automoción’, con un 20,33%, y el ‘comercio al por menor de otros artículos en establecimientos especializados’, que representó el 18,89% del total de la cifra de negocios.
A nivel nacional, la cifra de negocios del comercio minorista alcanzó los 288,5 millones de euros en 2022, lo que supuso un aumento del 13,2% respecto al año anterior. Este incremento fue impulsado principalmente por la recuperación de la demanda tras la pandemia y por el aumento del comercio electrónico, que ha sido uno de los principales motores del crecimiento en los últimos años.
Sin embargo, la cifra de negocios en Castilla y León ha enfrentado varios desafíos, especialmente debido al declive en el número de comercios y al impacto de la inflación, que ha reducido el poder adquisitivo de los consumidores. A pesar de ello, el sector ha mostrado una cierta resiliencia, con algunos subsectores como el comercio de combustible y el comercio de productos culturales mostrando una mayor capacidad para adaptarse a los cambios en la demanda.
Ocupación
El empleo en el sector comercial es un factor clave para la economía de Castilla y León. En 2022, el número total de empleados en el comercio al por menor fue de 78.572 personas, lo que representó un 4,64% del total nacional. A pesar de la importancia del sector en términos de empleo, el número de trabajadores en el comercio ha disminuido en los últimos años debido a la reducción del número de comercios y al cierre de locales, especialmente en las zonas rurales.
Por ramas de actividad, el ‘comercio al por menor en establecimientos no especializados’ y el ‘comercio de otros artículos en establecimientos especializados’ concentraron la mayor parte del empleo, con un 33,68% y un 24,31% del total, respectivamente. Otros subsectores, como el comercio de productos alimenticios y el comercio de artículos culturales, también tuvieron un peso significativo en la ocupación.
La evolución del empleo en el sector ha sido negativa en los últimos años, con una reducción del número de trabajadores en la mayoría de los subsectores. Esto se debe en gran medida a los problemas estructurales mencionados anteriormente, como la falta de relevo generacional y la escasa capacidad financiera de muchas empresas para contratar personal. En contraste, el comercio electrónico ha generado un pequeño aumento en el empleo, especialmente en áreas relacionadas con la logística y la distribución, pero este crecimiento no ha sido suficiente para compensar las pérdidas en el comercio físico.
Uno de los problemas más graves que enfrenta el sector es la falta de relevo generacional. Muchas empresas familiares, especialmente en las zonas rurales, no encuentran sucesores que deseen continuar con el negocio. Esto ha llevado al cierre de numerosos establecimientos, lo que a su vez ha contribuido a la despoblación y el deterioro de las economías locales. La modernización del sector y el apoyo a los emprendedores jóvenes son, por lo tanto, áreas críticas para garantizar la sostenibilidad del comercio en la región.
El autoempleo ha sido una de las pocas formas de empleo que se ha mantenido estable en el sector. Muchos pequeños comerciantes han optado por operar sus negocios de manera individual, sin empleados, para reducir los costos laborales. Sin embargo, esta tendencia también refleja la precariedad del sector, donde muchos comerciantes apenas logran cubrir sus gastos y mantener sus negocios a flote.
