El humorista Goyo Jiménez, conocido por su agudeza y su peculiar visión de la vida, llega al Festival Noches Mágicas de La Granja el 13 de agosto para ofrecernos una noche de risas, reflexiones y observaciones sobre la vida cotidiana con su espectáculo Misery Class.
—Goyo, tu espectáculo se llama Misery Class. ¿Qué se va a encontrar el público de La Granja cuando se siente en la butaca el 13 de agosto?
—Pues se va a encontrar algo muy parecido a un viaje en una montaña rusa, o más bien “montaña risa”, con la particularidad de que, aunque yo seré el “feriante” que maneje la atracción, también iré montado con ellos. Pero es que, además, y por el mismo dinero, Misery Class les va enseñar a sobrevivir a este deslavazado disparate que llamamos vida. Gracias a eso, el resto de sus días, podrán mirarse a cualquier espejo y decirse: “me llevo igual de mal, pero lo llevo mejor”.
—El festival se celebra en un lugar tan especial como la Real Fábrica de Cristales de La Granja. ¿Cómo crees que encaja un humorista con un escenario tan histórico y elegante?
— Yo creo que encaja perfectamente. Primero, porque has dicho histórico y elegante, dos, adjetivos que podrían ser perfectamente mis apellidos. Y, segundo, porque, si lo piensas, hacer humor hoy en día es un trabajo muy similar al de la Real Fábrica: hay que soplar, moldear y dar forma a un material muy delicado y hacerlo con finura y transparencia. No me digas que no he estado cristalino en la propuesta.
—Tus monólogos siempre mezclan carcajadas con reflexiones. ¿Por qué crees que es importante que el público salga no solo riendo, sino también pensando?
—Porque si solo sales riendo, la risa se te pasa en cuanto vuelves a ser consciente de lo poca cosa que somos la mayor parte de los humanos. Pero, si sales pensado… Bueno… pasa lo mismo, ahora que lo pienso, no hay prácticamente diferencia… yo qué sé, supongo que me gusta ir de listillo por la vida.
— Llevas más de tres décadas sobre los escenarios, pero cada show es diferente. ¿Cómo se mantiene fresca la chispa para que el público sienta que está viendo algo único?
—Porque yo también voy cambiando. No es lo mismo Goyo con veintitantos que con… bueno, con la edad que tengo ahora. Cada día me pasan cosas nuevas, la actualidad me da material fresco… Bueno… más bien podrido, en estos últimos tiempos… Y, sobre todo, aprendo mucho de mis escasos aciertos y aún más de mis numerosos fracasos. Además, el público de cada lugar es siempre distinto merece vivir su propia y única experiencia. Yo llego para realizar un viaje con un mapa en la cabeza, pero ellos me van dando las indicaciones para orientarme.
— ¿Eres de los que prepara cada detalle o dejas espacio para improvisar según lo que pase con el público esa noche?
—Yo me preparo muchísimo… Llevo toda la vida preparándome para poder salir, improvisar y que parezca “preparado”. La paradoja de este trabajo es que hay que prepararse mucho para que ninguna función parezca “preparada”.
—Si pudieras describir Misery Class en tres palabras (y una de ellas no puede ser “risas”), ¿cuáles serían?
— Amor, humor y tiempo
—En Noches Mágicas de La Granja compartes cartel con artistas muy variados. ¿Eres de los que se queda a disfrutar de los demás espectáculos o prefieres guardarte las energías para tu propio show?
— Si puedo, me quedo. Ser artista no ha provocado que deje de ser espectador y, además, de los buenos. De los que disfrutan de cada show con una inocencia y franqueza casi rayana en lo infantil.
—Para convencer a los que todavía dudan: ¿por qué no deberían perderse tu actuación del 13 de agosto?
—Dudo que haya alguien que dude, si ha llegado hasta esta altura de la entrevista, dada la convicción que causan mis poderosas respuestas a tus inteligentes preguntas. Pero, por si acaso algún alma frágil continuase sumida en tal zozobra desiderativa, ahí va mi respuesta… “Tú, pobre y dubitativa criatura… ¿Por qué tienes dudas? ¿No te bastaba con tener deudas? Anda, ven, y tendrás la certeza de haber acertado, por primera vez, en tu vida”
