No resulta en absoluto habitual ver en el campo de La Albuera medirse a dos equipos de Segunda División, y menos cuando uno de ellos milita en la Liga inglesa. Pero las bondades de Segovia como lugar de concentración de pretemporada, el trabajo de Segosala y la buena predisposición del Spórting de Gijón para, en su primera semana de trabajo, afrontar el partido ante el Brighton, sin duda de una exigencia mayor de la que el técnico José Ramón Sandoval hubiera preferido, hicieron posible que el municipal recibiera a asturianos e ingleses en un amistoso que fue presenciado por cerca de tres centenares de espectadores, entre ellos no pocos seguidores del Spórting. Que haya alguien, en este caso bastantes, capaces de hacerse 500 kilómetros para ver un amistoso de pretemporada de su equipo es algo digno de alabanza.
A la espera de que el Unami comience mañana su pretemporada, y que la Segoviana también lo haga (o no, que está la cosa muy mala en el seno del club azulgrana), el fútbol en La Albuera lo puso en la primera parte del encuentro un Brigthon muy animoso, sobre todo en los primeros 20 minutos en los que se aprovechó de la falta de ritmo del Spórting para hacer el 0-1, obra de Barnes, y posteriormente a cargo del conjunto gijonés, que poco a poco fue haciéndose con el mando del partido, jugando cada vez con mayor fluidez la pelota, pero con la lógica ‘caraja’ en los metros decisivos.
En los primeros 45 minutos se notó que el conjunto inglés cumplía su tercera semana de entrenamientos, mientras que el Spórting apenas acumulaba siete días. La salida de la pelota del conjunto de Sandoval se convertía en un calvario por la fuerte presión que ejercía su oponente, pero en cuanto esa primera línea era superada, el equipo rojiblanco llegaba con cierta claridad a los tres cuartos de campo, aunque con escaso acierto ofensivo, fruto en gran medida de los errores en los pases.
Tras el descanso, puso el técnico del Spórting un equipo radicalmente distinto al del primer período, que logró controlar bastante mejor el juego ofensivo, generando ocasiones de gol más claras, como la que dio la oportunidad a Nacho Cases de marcar desde el punto de penalti el gol que empataba el encuentro, y que supuso la expulsión del inglés Ince, aunque tanto Sandoval como Óscar García, técnicos de ambos conjuntos pactaron que el jugador, en lugar de ser expulsado, fuera sustituido por un compañero, para de esta manera poder seguir haciendo pruebas en un choque muy igualado.
Con el encuentro en su recta final, un saque de esquina a favor del Brighton fue rematado a la red por Ulloa, convirtiéndose en el 1-2 final , que pese a que no sirve para nada, dejó a los seguidores del conjunto inglés más contentos que a los gijoneses, que saben que su equipo aún tiene cinco semanas por delante para el tono físico adecuado para afrontar con garantías sus encuentros en la Segunda División. Lo de ayer fue solo un primer partido, para ‘matar’ el gusanillo de fútbol.
