La Asociación de Amigos del Patrimonio ha reclamado al Ayuntamiento una mejora en la protección del Acueducto a través de un comunicado, tras el incidente ocurrido hace unos días, cuando el numismático y defensor del monumento, Glenn Murray, puso a subasta uno de los sillares “para denunciar el abandono del Acueducto”. Si bien desde la Asociación no defienden los actos de Murray, consideran que “ha servido para sacar a la discusión pública si el cuidado del monumento está siendo el adecuado”. “La cuestión de fondo es si este hecho pone en evidencia una negligencia en la atención, vigilancia y trato respetuoso del más emblemático bien patrimonial de Segovia”, señalaban.
Desde la Asociación lamentan que esta haya sido la única forma de llamar la atención sobre la situación del Acueducto y que “las observaciones y denuncias referidas a la conservación, vigilancia y trato del acueducto, hechas en lugar y tiempo exento de cualquier presión mediática, no hayan obtenido el objetivo deseado”.
“Que el acueducto está necesitado de cuidados “físicos” es una evidencia que nadie se atreve a negar. Pero, además, está necesitado de lo que podría definirse como cuidado social y cuidado moral”, destacan. Para ello, consideran preciso que se tomen medidas adecuadas que eviten de forma eficaz, el “continuo maltrato” de los numerosos visitantes que trepan a sus sillares “para enmarcar sus fotos, apoyándose en ellos sin preocuparles sus consecuencias”, además de sancionar a los dueños de mascotas que permiten orinar a los animales sobre los sillares.
Asimismo, han pedido “respeto” por parte de las instituciones, “No es de recibo que el Acueducto o su más próximo entorno, se convierta en un continuo escenario de los más diversos eventos, sean estos de la naturaleza que sean”, subrayan, señalando especialmente la primera edición del mercado romano en 2024, que se llevó a cabo a los pies del monumento. “Difícilmente se puede esperar de los ciudadanos el cuidado y respeto que se debe hacia los bienes que todos debemos de proteger, si desde la instancia institucional no se promueve, vigila y practica ese respeto”, consideran.
La falta de vigilancia especializada es otro punto crítico. A diferencia de otros sitios históricos, el acueducto no cuenta con personal dedicado ni normas claras para los visitantes, lo que, a su entender, agrava los problemas ante el creciente número de turistas. La Asociación urge al Ayuntamiento a tomar medidas inmediatas para corregir estas deficiencias, más allá de reaccionar a escándalos mediáticos.
Amigos del Patrimonio finalizan su comunicado con la idea de que el verdadero problema no es la acción de Murray, sino la falta de atención y cuidado hacia el acueducto por parte del Ayuntamiento. La controversia mediática ha servido para abrir un debate necesario sobre la conservación de este patrimonio, destacando la necesidad de medidas urgentes para protegerlo física, social e institucionalmente.
