Ha pasado un verano que, en lo musical, ha estado lleno de eventos en los que ha habido para todos los gustos, desde los más sublimes a los más corrientes —pongan ustedes sus preferencias en uno u otro epígrafe— Llega el otoño, y la cosa promete, ya que el primer plato de lo que seguramente será un buen menú llegó anoche de la mano de Raimundo Amador, insignia y superviviente de un estilo inconfundible pese a que hay muchos que quieran confundirlo por sabe Dios que motivos.
Con un cajón flamenco y un teclado, y su espectacular arsenal de guitarras, Amador ofreció un concierto básico en la Sala Joplin en el que no faltó de nada. Con un razonable retraso sobre el horario establecido, y con una gorra como único elemento distintivo de su indumentaria, el ex-Pata Negra salió al escenario con el flamenco como primer ingrediente de la oferta prevista para un publico que, sin llenar la sala, estuvo entregado a la causa.
Incómodo al encontrar un sonido que le convenciera en el primer tercio del concierto, Raimundo Amador fue de menos a mas; porque es un artista integrado absolutamente en la música que ofrece y que sale de forma natural y sin artificios de su guitarra. Pasar del flamenco al blues con naturalidad sólamente puede hacerlo un hombre capaz de tatuarse en la guitarra española a Tomatito y a Jimi Hendrix en la guitarra eléctrica, porque ha bebido de las dos fuentes sabiendo amalgamar en su músical de dos conceptos musicales bien distintos pero no alejados.
Para quienes hablan sin saber de fusión, no estaría de más que buscaran el «blues de la frontera» que ayer sonó impecablemete en la guitarra de Amador, o quienes se dedican a versionar sin criterio canciones míticas de Triana sólo para buscar aplauso y reconocimiento fácil, sería recomendable que escucharan una inteligente versión de «En el lago» en la que Amador pone su propio sello sin restar importancia a una de las mejores canciones que compuso el llorado Jesús de la Rosa.
En fin, a la espera de que llegue el ansiado invierno, el otoño pinta bien en lo musical. La próxima cita, tres dias antes de San Frutos en el barrio que lleva su nombre, donde Siniestro Total viene a traernos recién sacado su último trabajo «Country and western». Para no perderselo. Seguiremos atentos.