José Vicente Álvarez Bravo dejará en los próximos días el cargo de vicerrector del campus de Segovia de la Universidad de Valladolid del que tomó posesión el día 27 de mayo de 2010. Su labor y continuidad estaban vinculadas a Marcos Sacristán que ha sido derrotado en las elecciones al Rectorado por Daniel Miguel.
El actual vicerrector en funciones del campus María Zambrano se mueve por este tiempo de despedidas con suma naturalidad, sin traumas y con la seguridad de “haber hecho un buen trabajo” a pesar de haber soportado un mandato “duro” que define como “una carrera de obstáculos”.
El balance positivo que hace de los últimos cuatro años y al que aplica una autoría compartida con “muchas personas que también han estado tirando del carro” no presenta ninguna señal de conformismo. Todo lo contrario, Álvarez Bravo sabe que “queda mucho por hacer” y, en la medida que su sucesor lo considere oportuno, está dispuesto a seguir trabajando para hacer realidad el proyecto completo del campus María Zambrano, convencido del valor trascendental que “tiene para el progreso de Segovia”.
Sin saber a ciencia cierta quién será el nuevo vicerrector, Álvarez Bravo sube su tono de voz para afirmar que “la persona que venga tendrá mi apoyo, mi respaldo y puede contar con mi trabajo porque creo en la Universidad de Valladolid, en el campus María Zambrano y en el importante papel que tiene para esta ciudad”. “Pueden contar conmigo y saber que seguiré reivindicando la segunda fase de las obras de construcción del campus”, añade.
Mientras se prepara para su plena reincorporación a la actividad docente e investigadora en la Escuela Universitaria de Informática, Álvarez Bravo analiza los acontecimientos vividos desde el principal puesto directivo del campus. “Con la ayuda de compañeros, se ha hecho una labor ejemplar dada la situación de incertidumbre y zozobra que hemos soportado. Hemos trabajado contracorriente en un tiempo donde todo eran problemas”. Obras, cierre de edificios, mudanzas, ocupación de espacios insuficientes, reducción de plantillas, recortes económicos, cambio de leyes…
“Hemos vivido la transición de un campus disperso y difuminado en la ciudad a tener un campus con identidad y nombre propio, de forma que el ‘María Zambrano’ es un referente para Segovia y de Segovia que empuja hacia su progreso”, afirma Álvarez Bravo.
El vicerrector en funciones no es amigo de dar consejos pero la expresión de sus convicciones como miembro de la comunidad universitaria lleva implícita una petición, casi exigencia. “No nos podemos conformar; tenemos unas instalaciones buenas pero insuficientes y hay que conseguir que se haga la fase 2 del campus”, asegura haciendo referencia al complejo universitario que está a medio construir y del que solo se dispone, desde hace dos años, de un aulario y de la biblioteca. Las estrecheces que alumnos y profesores han soportado en estos años han sido superadas con la “voluntad de la gente de este campus que hace muy buen trabajo y han conseguido logros como tener este curso 700 egresados”. “Sin estar en una situación óptima y sabiendo que no podemos ser conformistas, la labor hecha permite que el campus María Zambrano mire al futuro con garantías”.