Era la primera vez que Corea del Sur albergaba un GP de Fórmula Uno y no ha podido salirle peor al país asiático. La carrera ha sido inolvidable para los coreanos pero sobre todo inolvidable para un piloto que hace mes y medio parecía decir adiós al Mundial, el español de Ferrari, Fernando Alonso. El asturiano es el nuevo líder del Mundial de Fórmula 1 a falta de dos carreras tras imponerse en el Gran Premio Corea sobreponiéndose a todas las adversidades que han caracterizado la prueba.
Por culpa de la precipitación de la FIA y de Ecclestone en llevar la F1 a Yeongam, la carrera ha sido demasiado atípica. Tan sólo 15 pilotos han conseguido concluír la prueba.
La lluvia que no drenaba el asfalto nuevo coreano y la poca visibilidad (en Corea se hace de noche a las 17:30 h de la tarde apróximadamente), han causado que los dos pilotos que mejor coche tienen, que salían en el primer y segundo puesto de la parrilla, hayan tenido que retirarse y perder su posición de privilegio en la clasificación general de pilotos, hablamos de los dos Red Bull: Mark Webber y de Sebastian vettel.
Alonso encabeza el mundial con 231 puntos, frente a los 220 de Webber, 210 de Hamilton y 206 de Vettel.
El hasta ahora líder del Mundial, el austaliano Mark Webber, que marchaba en segunda posición tras la reanudación por detrás del alemán Sebastian Vettel pisó el bordillo a la salida de una curva y perdió el control del coche dando un trompo que le precipitó contra el muro.
El coche descontrolado pudo ser esquivado por Fernando Alonso, que marchaba en tercera posición, pero no por el alemán Nico Rosberg (Mercedes) que también se quedó fuera del GP de Corea.
La suerte sonrió al de casi siempre, a Lewis Hamilton. El de McLaren iba en ese momento cuarto porque Rosberg había conseguido adelantarle pero volvió a tener a Alonso por delante tras el accidente y además ganó una posición que le aeguraba el podio.