La bailarina, profesora, periodista y escritora mexicana, Alma Estela Guillermo Prieto, conocida como Alma Guillermoprieto, ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2018, según hizo ayer público en Oviedo el jurado encargado de su concesión.
Esta candidatura fue propuesta por Antonio Lucas, miembro del jurado del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2018. Al premio optaban 27 candidaturas procedentes de diez países. Este es el segundo de los ocho galardones internacionales que convoca este año la Fundación Princesa de Asturias, y que cumplen con esta su XXXVIII edición.
Nacida en Ciudad de México en 1949, Alma Guillermoprieto se trasladó a Nueva York siendo una adolescente para vivir con su madre. Con formación de bailarina, en 1969 viajó a La Habana para impartir clases de danza y fue allí donde, en 1978, se inició en el periodismo como freelance. Comenzó como reportera de América Central para el diario ‘The Guardian’ y más tarde para ‘The Washington Post’, donde fue redactora de plantilla en los años 80.
Tras un breve periodo como responsable de la corresponsalía para América del Sur del semanario ‘Newsweek’, decidió continuar su carrera como independiente. Desde 1989 ha escrito sobre América Latina para ‘The New Yorker’ y ‘The New York Review of Books’ y varias publicaciones en español. En 1995 Gabriel García Márquez la invitó al taller inaugural de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), y, desde entonces, imparte talleres para jóvenes periodistas.
Realidad compleja
Fue profesora visitante en las universidades de Harvard, Chicago, California en Berkeley y Princeton, entre otras. Forma parte del cuerpo de profesores de la FNPI y del consejo asesor del Programa Latinoamericano de la Open Society Foundations, fundado por el magnate George Soros.
En sus casi cuarenta años de carrera, con sus crónicas y libros sobre las políticas y cultura de Latinoamérica, Alma Guillermoprieto ha logrado transmitir la compleja realidad de esta región.
Su trayectoria empezó cubriendo la insurrección nicaragüense en los años 70 para ‘The Guardian’. Fue en 1982 cuando destacó como una de las dos periodistas que desvelaron la masacre de civiles en El Mozote (El Salvador) por parte del Ejército salvadoreño. Los funcionarios finalmente reconocieron la matanza, cuyos detalles se corroboraron muchos años después al descubrirse las fosas comunes.
El jurado encargado de otorgar el premio consideró que la periodista representa los mejores valores del periodismo en la sociedad contemporánea. A su juicio, merece este galardón por su larga trayectoria profesional y su profundo conocimiento de la compleja realidad de Iberoamérica
