— Alfonso, es usted un agente cultural, dinamizador de la herencia hispánica en EEUU y parte integrante del pasado indígena de esta zona del mundo. ¿Cuál es su vinculación con los apaches?
— Yo soy descendiente de la rama chiricahua.
— ¿Con qué rama en concreto?
— Hay varias familias y tribus. Yo vengo de los Bedonkohes, del sudeste de Arizona. Por parte de mi abuela paterna, tengo también ascendencia de los indios navajos. Asimismo, tengo antepasados piro apache. Soy un 68% indígena.
— ¿Cómo cree que los estadounidenses trataron a los apaches? ¿Y a otras naciones indias?
— A mi me gusta constatar las evidencias hoy, ya que no estuve en los siglos pasados para contemplarlo y los testimonios son incompletos. Hay que ver cuáles fueron las circunstancias a lo largo de 400 años. A partir de 1850, me parece que es obvio que a las naciones indias no les fue muy bien. Los anglosajones usaron como excusa para su cuasi exterminio que eran salvajes y que mataban a los pioneros e inmigrantes sajones. Otra evidencia es que en el este de EEUU no quedan apaches, hay algunos en el oeste que en su momento los colonos usaron para trabajar, trabajo que no sé si calificar de esclavitud, pero no estoy seguro. Los americanos en el oeste tuvieron que permitir cierta supervivencia de las naciones indias, dado que, habiendo compartido siglos de cultura con los españoles (armas, religión, tradiciones) constituían grupos equipados para defenderse, por su herencia hispana.
Más tarde se les permitió vivir en reservas y yo pienso que han tenido una vida muy difícil. En época española, los castellanos vivían con los nativos. Con esto no quiero decir que fueran santos, eran humanos y hubo enfrentamientos, pero se creó una comunidad mestiza. Yo mismo vivo en la mera frontera entre México y EEUU.
En 1789 se comenzó un programa de Campamento de Paz para los Apaches, protegido por el presidio de San Elizario. Un presidio era una pequeña guarnición, de máximo 12 a 18 hombres, encargados de la protección de las misiones. La línea de presidios de la frontera fue inspeccionada por Bernardo de Gálvez. Un presidio por cada tres o cuatro misiones. La protección era necesaria pues los indios se dividían entre los que optaban por la vida en las misiones, y los que optaban por incursiones periódicas de saqueo de las cosechas o los ganados de dichas misiones. Por tanto, el programa de Campamento de la Paz invitaba a los chiricahuas a vivir en las lindes del presidio a cambio de comida, caballos y armas, y así evitar, previniéndolos, los ataques. Cuando México se independiza en 1821 continúa con ese programa hasta 1829 en que desaparece la preocupación por la integración y pacificación de los apaches.

— ¿Qué actividades realizan en El Paso, Texas para recordar el pasado indígena?
— En San Elizario hemos tenido varias. Cada año el día de los indígenas. Aquí hay un pueblo originario que son los piwas de Isleta del Sur, que llegaron de Nuevo México en 1680. Tienen su centro cultural, su casino y ceremonias y bailes.
— ¿Y el pasado hispano?
— Sobre el pasado hispano tenemos el Spanish Heritage Month del 15 de septiembre al 15 de octubre. Hacemos pláticas en escuelas. Yo hablo de las Hispanidad en Universidades y coloquios. El idioma español también nos une.
— ¿Son actividades convergentes o distintas? Es decir ¿respetan los descendientes de apaches el legado hispano?
— Son divergentes. Los piwas ni admiran ni reivindican su pasado hispano, aunque todos hablan español y están recientemente aprendiendo la lengua piwa. Este ejemplo me gustaría verlo en el resto de EEUU. Son en su mayoría católicos y mezclados. Aquí en el Oeste la hispanidad está, la respetan, aunque no la celebren.
— Es Vd. el promotor del reconocimiento por parte de la UNESCO del Camino Real de Tierra Adentro ¿qué es este camino?
— Este camino ha sido reivindicado y puesto en valor por la Sociedad Cultural del Patrimonio en cooperación con el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México hace años ya. Este camino iba desde la Plaza de Santo Domingo en la ciudad de México hasta San Juan de los Caballeros, hoy rebautizado Ohkay Owingeh. Unos 2500 Km. Es la ruta que vertebró la presencia española en EEUU en el interior, la ruta que permitió a los españoles e indios del sur emprender un plan de asentamiento, comercio y transformación de Nuevo México.
— ¿Está ya reconocida la parte mexicana?
— No todo. La parte de ciudad de México hasta Valle de Allende, al sur de Chihuahua sí. Y en EEUU existe una declaración sobre la ruta que une San Elizario con Santa Fe. Se le llama Vereda Nacional y la declaración fue en el año 2000. La parte mexicana está reconocida por la UNESCO, la parte estadounidense no. Por lo tanto, falta de Valle de Allende a Ohkay Owingeh, de forma completa por la UNESCO.
— ¿Por qué ciudades y lugares pasa la parte de EEUU?
— En EEUU la gestión de las rutas y lugares históricos compete al National Park Service. Manejan 20 caminos en todo el país. Yo trabajo con ellos en la declaración del camino de Battlefield, el de las diligencias en los años 40 del siglo XIX. En San Elizario hay una parada de ese camino.
— ¿Qué se necesita para que este reconocimiento se lleve a cabo?
— Empezamos hace 8 o 9 años. En los últimos dos a tres años hemos identificado y documentado las rutas, los lugares, los hitos, los habitantes, los hechos históricos y eso hace que, en México, de Valle de Allende a Ciudad Juárez está casi terminado. En Texas también está casi acabada la identificación de lo que había para divulgarlo. Entre ciudad de México y Valle de Allende hay 55 sitios inscritos por la UNESCO. Entre Valle de Allende y Ciudad Juárez hay 29 municipios identificados y hermanados. En el primer tramo Durango, Querétaro, Aguas Calientes, todos ellos quieren ser parte del proyecto que mueve desarrollo económico y turismo. Hemos hermanado a Macharaviaya en Málaga, España con este proyecto, por ser el lugar de nacimiento de Gálvez. En EEUU las cosas están en un estadio más inicial al de México, aunque ya están identificados 35 municipios de la ruta, pero hay que documentar todo. Hay tres pueblos ya declarados: San Elizario, Socorro, Sunland Park. Hay otros 6 municipios y 4 tribus con las que he trabajado mucho. Faltan 15 o 20 sitios. La diferencia es que en México está financiado por el INAH, en EEUU por nadie.
— ¿Existen en el mundo otras rutas binacionales reconocidas por la UNESCO?
— El Camino de Santiago es el único: Francia y España.
— ¿Qué supuso esta ruta en el desarrollo de EEUU?
— Muchísimo para los habitantes originarios: por ese camino entraron todas las mercancías y los intercambios culturales: animales domésticos, plantas, arquitectura, la fe y la religión. Hasta Sor Maria Jesús de Agreda está conectada con esto: si no hubiera habido Camino Real de Tierra Adentro, ella, que bilocándose según dicen, envió a bautizarse a los indios a Albuquerque o Isleta del Sur, si no hubiera habido camino, y misiones en él, no hubiera podido hacerlo. O sea que también fue la entrada de lo sobrenatural.
— ¿Cómo vivieron las naciones indias en territorio hoy de EEUU entre 1521 y 1848?
— Hay que distinguir entre la época española y la anglosajona pues fueron muy diferentes: en la época española llegó poca gente a un territorio de millones de acres y en la mayoría de los encuentros entre castellanos y naciones indias no hubo conflicto. Los españoles no vienen a pelear, su bajo número les hacía vulnerables y fáciles de vencer hasta con piedras. No sabían las lenguas. Las expediciones de convivencia (posteriores a las de descubrimiento de Cabeza de Vaca y de Coronado) empiezan con Juan de Oñate que encabeza una gran expedición que viene a establecerse, a convivir y que transcurre de forma pacífica salvo el incidente de Acoma. Hubo mestizaje y como ya he dicho un gran intercambio cultural. Sin embargo los estadounidenses los exterminaron y nunca se mestizaron, como tampoco lo hicieron ni en la India ni en Gibraltar.
— ¿Cómo se comunica en los medios generalistas de EEUU el pasado hispano?
— En Hollywood lo que hay es pura novela y la información es errónea y poco fidedigna a los hechos históricos. No se puede contar con ellos, pues llevan 100 años contando falsedades.
— ¿Ve en España alguna pervivencia de la Leyenda Negra?
— Yo creo que en España hay una gran receptividad a mensajes que valoren la acción española y sean positivos. Sin embargo, hay generaciones jóvenes que no los aceptan, pues han sido deformados ideológicamente por la escuela.
— ¿Qué consejo daría a las generaciones jóvenes de España o de América a quienes interese el pasado hispano?
— Yo recuerdo tener 6 años y estar ya adoctrinado en Leyenda Negra y así es en toda América. Es muy difícil que las generaciones jóvenes americanas les interese, pues la imagen de los españoles es pésima, están bañados en Leyenda Negra. En mi experiencia personal de conferencias, charlas y pláticas no me he encontrado este fenómeno, salvo en los más jóvenes.
Camino Real de Tierra Adentro

También conocido como “Camino de la Plata”, es un bien que comprende 60 sitios inscritos ubicados a lo largo de 1,400 kilómetros de una ruta que originalmente iniciaba en el centro de México para llegar hasta Nuevo México, en lo que es actualmente Estados Unidos
El Camino Real de Tierra Adentro fue, durante cerca de 4 siglos, una especie de columna vertebral geográfica y cultural que cruzó del centro del territorio al extremo norte (de la Ciudad de México a Santa Fe, Nuevo México) en lo que se denominó “Camino Real Intercontinental español”. A lo largo de 2 mil 600 kilómetros que llegó a tener circularon plata y mercancías; además se intercambiaron conocimientos, valores, creencias religiosas y tradiciones.
El bien corre por los estados de Estado de México, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Aguascalientes, Zacatecas, San Luis Potosí, Durango y Chihuahua y está conformado por cinco ciudades Patrimonio Mundial y otros 55 sitios relacionados con el uso del camino, tales como puentes, ex-haciendas, pueblos y centros históricos, un cementerio, ex-conventos, una sierra, tramos del camino, una mina, templos, capillas y cuevas en un tramo de 1,400 km entre la Ciudad de México y el pueblo de Valle de Allende, al sur de Chihuahua. Aunque su origen y utilización están vinculados a la minería, el Camino Real de Tierra Adentro propició también el establecimiento de vínculos sociales, culturales y religiosos entre la cultura hispánica y las culturas amerindias del norte.
Los primeros ministros religiosos para comunidades indígenas en el territorio norteño de México fueron frailes franciscanos que llegaron por el Camino Real de Tierra Adentro a finales del siglo XVI. Los españoles, junto con algunos franciscanos e indígenas del centro de México, siguieron hacia el norte en búsqueda del “Nuevo México”, legendaria tierra ancestral de los mexicas y supuesta fuente de anheladas riquezas para los europeos. El resultado de este proceso de expansión hacia el norte fue el desarrollo de las minas y la construcción de caminos y puentes, el establecimiento de poblaciones multiétnicas, con complejos edificios que reflejan una fusión de decoración española y local, lo cual condujo al desarrollo de una cultura distintiva a lo largo del itinerario.
El Camino fue un extraordinario canal de comunicación. La plata fue la fuerza motriz que generó el compromiso del Gobierno español y la voluntad de colonos para ‘abrir’ el territorio del norte para la minería, para establecer las poblaciones necesarias para los trabajadores y construir fuertes, haciendas y templos. Finalmente, la riqueza de la plata condujo al desarrollo masivo económico de España y otras partes de Europa.
El Camino Real de Tierra Adentro se convirtió en una de las rutas más importantes que unieron a la Corona española con sus dominios norteños en América. A lo largo de la parte del sur del itinerario se ubica una colección de sitios relacionados con el trabajo en las minas y haciendas, comercio, militar, evangelización y la estructura administrativa diseñada para controlar el inmenso territorio norteamericano español, adaptado al ambiente local, materiales y prácticas técnicas que reflejan un intercambio notable de ideas culturales y religiosas.
