El Gobierno de la canciller Angela Merkel aprobó un proyecto de ley que busca evitar que alemanes musulmanes viajen a Irak y Siria para luchar junto a grupos como Estado Islámico o para que reciban entrenamiento de tales grupos o los financien.
El portavoz de Merkel, Steffen Seibert, indicó que la ley, cuando sea aprobada por el Parlamento, convertirá a Alemania en el segundo países de la UE después de Francia en adoptar medidas contra los “combatientes extranjeros” planteadas por Naciones Unidas en una resolución el año pasado.
Los servicios de seguridad germanos estiman que unos 600 residentes en el país se han unido a Estado Islámico y otros grupos similares en Siria e Irak. Algunos combatientes retornados han sido sometidos a jucio y otros han sido procesados por ofrecer apoyo.
