Dicen que los niños son el vivo espíritu de la Navidad. Con coronas color dorado, al modo de las ‘burbujas’ de Freixenet, más de 900 niños del colegio Claret confeccionaron en la Plaza del Azoguejo su particular felicitación navideña a los segovianos, con múltiples coreografías, ante el alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes.
Antes de que llegara el alcalde, padres y profesores ultimaban los detalles para que las coreografías y canciones, ensayadas en casa y en el colegio, salieran a la perfección. “Recordad, el primer giro es hacia la Calle Real, el segundo hacia Cándido y el tercero hacia el Acueducto”. Era una de las instrucciones que se lanzaban por megafonía a los niños, de entre 5 y 12 años, congregados en la Plaza del Azoguejo y, de forma estratégica, en algunas calles aledañas. A los profesoras del Colegio Claret, convertidas en rítmicas animadoras, se unieron los padres y abuelos, que no perdían de vista a los suyos y participaban igualmente de los ensayos desde el público.
Desde las escaleras del Centro de Recepción de Visitantes (CRV), donde se encontraba el equipo de megafonía, uno de los profesores intentaba calmar la ansiedad, que era mayor en los padres que en los propios protagonistas de las coreografías. Para animar la espera, unos minutos musicales, con el ‘top ten’ de los villancicos. Para los ensayos, cada profesor y profesora se situaba junto a los alumnos de la clase, cual monitores de aerobic. Puntual llegó el alcalde, acompañado por la concejala de Educación y Juventud, Lirio Martín, y de Servicios Sociales, Andrés Torquemada. Mientras la música navideña, con estribillo pegadizo, inundaba la Plaza, los organizadores daban la bienvenida al alcalde y le informaban del acto. Dos niños abrieron el espectáculo, con el saludo a “don Pedro, Andrés y Lirio”. “Amigo y señor alcalde, turistas que se quedan con con la boca abierta, a todos y a todas, os queremos desear feliz navidad”, leyó uno de los pequeños, mientras por megafonía sonaba a todo volumen un villancico. A continuación, la sorpresa. Desde Fernández Ladreda y la Plaza de Artillería desembocaron una riada de niños que se unieron a sus compañeros en la Plaza del Azoguejo para bailar, todos juntos, a ritmos de música disco, varios villancicos clásicos. Sobre las escaleras de turismo dos profesoras recordaban a los niños los pasos de la coreografía. Saltos, brazos a uno y otro lado, giros…. Tal era el torrente de alegría navideña, que el alcalde comenzó a dar palmas y mover las piernas, aunque era el concejal Andrés Torquemada quien movía sus pasos con mayor ritmo.
Después, ocho niños subieron al estrado, las escaleras del CRV, para leer cada uno un texto de felicitación y recordar al alcalde que los bailes “los hemos hecho con cariño e ilusión”. Después los niños entregaron un ‘tesoro’ al alcalde; un pequeño cofre que guardaba un ‘nacimiento’ con figuritas de barro.
Fue entonces cuando Arahuetes, en nombre de la ciudad, agradeció a los niños del colegio Claret la felicitación. “Lanzamos un mensaje de felicitación, pero también de solidaridad, porque hay muchas personas, familias y niños que no tienen lo que nosotros sí tenemos, tenemos que ser solidarios”, les dijo el alcalde a los niños, para desearles también “felices fiestas y un gran año 2013”. Tras la intervención del alcalde, el baile final: de posición de cuclillas, los niños se alzaron en un gran salto para después volver a bailar los villancicos a ritmo discotequero. “Que se animen los padres y abuelos”, era la proclama desde el micrófono. Y, como al principio, la felicitación acabó con una sana muestra de alegría a ritmo de villancicos. Porque los niños representan como nadie el espíritu de la Navidad.