Según afirma el historiador romano Cayo Suetonio en “Vida de los doce césares”, uno de ellos, Julio César, fue quien pronunció esta frase latina (Alea iacta est), a la que tantas veces se alude, en el momento de haber cruzado el río Rubicón, en persecución de las tropas de Pompeyo; como parece que no se permitía cruzar el río con ejército en armas, Julio César se atrevió a caer en la ilegalidad, convirtiéndose en enemigo de Roma. Cruzó el primero para animar a sus tropas, y entonces es cuando, parece, dijo la famosa frase: “La suerte está echada”. Y ¡hala! Se lanzó a pelear contra Pompeyo.
¿Y a qué viene esta introducción? Pues porque echo mano de la famosa y tan traída frase para trasladarla al momento actual en nuestra provincia, cuando también ya la suerte está echada al haberse designado, por los diferentes partidos, a la persona que les representará en las próximas elecciones, de donde saldrá el correspondiente “mandamás” municipal.
Ahora que “asoman” los primeros intentos de publicitarse, habrá que ir preparando el discurso de campaña en el que cada aspirante expondrá sus proyectos y sus ideas sobre la ciudad o sobre cada localidad de la provincia. En cuanto a la primera, la capital, además de esos proyectos que se tengan por cada aspirante, habrá que incluir el propósito e interés para resolver todos los asuntos pendientes, que como es sabido, son muchos y muy necesarios por estar abandonados desde hace tiempo por los hasta ahora máximos dirigentes locales, preocupados de decir las cosas que iban a hacer (que tampoco hicieron) sin atender primero a las que tenían que haber sido solucionadas.
En fin, que tarea va a haber, y de sobra, para quien sea la próxima máxima autoridad municipal. Que deberá contar con un equipo bien preparado para empezar a hacer frente a lo que está pendiente de resolver, que repito, es asombrosa y lamentablemente mucho. Si es que queremos que Segovia prospere en conjunto, no solo en esos pequeños “arreglos” que se han venido haciendo, previa “foto de familia” con caras sonrientes como si le hubiera caído la lotería al Ayuntamiento. ¡Pues buena lotería tenía que caerle, sí, para ponerse al día en cuanto a pagos, porque también esta cuestión señala a la corporación con calificación negativa. Y no digamos los supergastos que ahora se van a tener que hacer en la avenida del P. Claret y en el “follonero” CAT para ver una y otra cosa felizmente terminadas. Mucho me temo (ojalá me equivoque) que en la próxima campaña empiecen unos y otros a insultarse, a enfrentarse en vez de atender a lo que verdaderamente importa: la concentración cada uno en sus ideas y el lanzamiento de sus proyectos. No vayamos a tener que repetir (aludiendo también a otra frase famosa que asimismo se usa con harta frecuencia), aquello que se afirma dijo el canciller alemán Otto von Bismarck (1871-1890): “España es el país más fuerte del mundo; lleva siglos intentando destruirse a sí mismo y todavía no lo ha conseguido”. (Y qué casualidad; un presidente, en este caso de España, pidiendo a gritos ante los miles de manifestantes que se mejore la sanidad pública. “Bonita” forma de querer lavarse las manos, como si él no tuviera nada que ver en el asunto).
O sea, que hay que procurar no hacer verdadera una vez más la sentencia del señor alemán, y dedicarse a lo positivo y no a agredirse verbalmente unos a otros…Y no menciono partidos, porque todos suelen caer, en algún momento, en este defecto.
Viene muy a cuento, en este momento, un reciente comentario del notable y veterano periodista político Raúl del Pozo: “Nuestro futuro está lleno de incógnitas y solo un gran acuerdo nacional entre todos los partidos democráticos y constitucionales puede arreglar el desaguisado después de tanta mentira y propaganda, tanta incompetencia y tanta polarización”.
