El “hospital de los animales” de la provincia de Segovia, cuyo nombre oficial es Centro de Recuperación de Animales Silvestres “Los Lavaderos”, atendió en el año 2013 a un total de 315 ejemplares, según los datos facilitados por el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.
La labor principal del C.R.A.S. de Segovia, un centro pionero en España en el tratamiento de animales silvestres, es curar a los ejemplares heridos que allí ingresan, intentando que la recuperación sea en el menor plazo posible y la reintegración se produzca en el medio natural más adecuado para que el animal pueda desarrollar su vida en libertad.
A las instalaciones de “Los Lavaderos” (carretera de Arévalo 27) acuden con frecuencia particulares llevando animales heridos que han encontrado en el campo. Otras veces, los agentes y celadores medioambientales, tras recibir un aviso, se encargan de hacer el traslado.
De los 315 ejemplares llegados al C.R.A.S. en 2013, casi la mitad, en total 152, pudieron volver a ser reintegrados en su hábitat originario. De los otros 163 que fueron ingresados, 89 lo hicieron ya en estado cadáver, 40 murieron durante su estancia en “Los Lavaderos” y otros 28 fueron considerados como “irrecuperables” por la gravedad de las patologías que presentaban.
Las cinco especies que protagonizaron mayor número de ingresos el pasado ejercicio fueron buitre leonado (43), cigüeña blanca (41), busardo ratonero (30), autillo europeo (19) y milano real (14). Por encima de cinco ingresos están aguilucho cenizo, cernícalo vulgar, corzo y milano negro (11), aguililla calzada (9); búho real y gavilán común (8); azor común y jilguero (7); y águila real y mochuelo común (6).
Los tres meses de 2013 con mayor número de ingresos han sido julio (54), agosto (46) y junio (41). Por lo que respecta a las causas de ingreso, las tres principales fueron colisión (58 casos), atropello (39) y debilidad (32). Otros motivos frecuentes fueron la caída de un pollo de un nido (28 casos), la aparición de un animal silvestre en un casco urbano (25) y la electrocución (23).
Actuación
El personal de “Los Lavaderos” cumple con un estricto protocolo de actuación. Si un animal ingresa cadáver, y se sospecha que fue envenenado, se procede al análisis de sus restos. Si el ejemplar está vivo, se avisa a un veterinario para que marque el tratamiento que debe llevar el animal. En el caso de las aves, que son mayoría en el C.R.A.S. —el 80% de los ingresos en 2013—, inicialmente se llevan a pequeñas habitaciones, llamadas “mudas”, hasta que se recuperan de sus lesiones. Una vez curadas, pasan a los “voladeros”, donde pueden fortalecer su musculatura hasta que, una vez que están en condiciones de volver a su hábitat, se procede a su anillamiento. Finalmente, el personal del C.R.A.S. se encarga de la liberación de los animales, preferiblemente en el lugar donde fueron recogidos, para así facilitar una rápida aclimatación. Además, el personal de “Los Lavaderos” tiene en cuenta, cuando se trata de llevar a cabo una reintroducción, las características de cada especie. Así, un ave nocturna siempre será soltada por la noche, y un ave migratoria, coincidiendo con la época de paso de sus congéneres por territorio español.
A lo largo de toda la etapa que los animales permanecen en el C.R.A.S. se intenta que tengan el mínimo contacto con el ser humano. El contacto deber ser solamente el imprescindible, para evitar que el animal quede ‘troquelado’, esto es, que se acostumbre a los seres humanos. Un animal ‘troquelado’ pierde el instinto de cazar y, con ello, su reintroducción en el medio natural de donde procede resulta un fracaso.