Al menos 70 personas murieron y más de un centenar resultaron heridas en el doble atentado perpetrado ayer en un mercado del barrio de Ciudad Sadr, en Bagdad, según el último balance oficial. En concreto fueron dos bombas que estallaron en un mercado de venta de teléfonos móviles del barrio de Ciudad Sadr que estaba abarrotado en el momento del atentado.
El atentado fue reivindicado por Estado Islámico, que aseguró que dos de sus miembros han “conseguido acabar con la vida de cientos de renegados politeístas”, expresión utilizada por el grupo radical suní a los creyentes chiíes. Los chiíes son uno de los objetivos predilectos de los grupos de salafistas suníes como Estado Islámico, en particular en Irak, donde desde el derrocamiento del régimen de Sadam Huseín dominan la política nacional del territorio.
Por otro lado, al menos doce miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes murieron en otro ataque de milicianos del Estado Islámico, algunos de ellos suicidas, en la localidad iraquí de Abú Ghraib, a unos 25 kilómetros al oeste de Bagdad. Los yihadistas atacaron las posiciones del Ejército y la Policía y tomaron un silo y un cementerio, según informaron fuentes oficiales, que explicaron que posteriormente las fuerzas de seguridad recuperaron la iniciativa.
El Ejército reveló en un comunicado que al menos cuatro suicidas murieron en las inmediaciones del silo y otros 20 milicianos se atrincheraron dentro. Decenas de yihadistas llegaron a pie y en varias camionetas equipadas con ametralladoras procedentes de Garma y Faluya, dos localidades bajo control del Estado Islámico.
En este sentido, una agencia de noticias afín al Estado Islámico, Amaq, informó de un “amplio ataque” sobre Abú Ghraib. En esta localidad está situado además el Aeropuerto Internacional de Bagdad. Amaq aseguró que las fuerzas gubernamentales se vieron obligadas a retirarse de varias posiciones, pero fuentes oficiales sostienen que los yihadistas fueron desalojados de una comisaría y varios puestos militares y que incendiaron parte del silo.
La violencia continúa en las calles de Bagdad, la capital iraquí, tras los últimos ataques.
