Al menos 22 personas murieron en una serie de cuatro atentados con coches bomba perpetrados ayer en Bagdad, la capital iraquí, según informaron fuentes policiales y sanitarias.
Tres bombas fueron colocadas en tres barrios de mayoría chií, en los que murieron 15 personas. Otras siete personas fallecieron en otro atentado este mismo sábado.
En este último caso, fue un suicida el que detonó su carga explosiva en un control policial del barrio de Abú Dsheer, en el sur de Bagdad, mientras que los otros tres fueron perpetrados en los barrios de Bayaa (suroeste), Kadhimiya (norte) y Yihad (oeste).
ONU
Naciones Unidas estimó esta semana que al menos 5.576 civiles fallecieron y 11.665 resultaron heridos por los actos violentos cometidos en Irak durante los primeros seis meses de 2014 marcados por la emergencia del Estado Islámico, en un informe publicado el viernes en el que acusó tanto a rebeldes como fuerzas del Gobierno iraquí de cometer delitos que podrían constituir crímenes de guerra.
En el informe, Naciones Unidas acusó al Estado Islámico de ejecutar civiles, cometer actos de violencia sexual, secuestros y asesinatos selectivos; y a las fuerzas del Gobierno de perpetrar “ejecuciones sumarias y extrajudiciales” a prisioneros y detenidos que podrían constituir crímenes de guerra.
Durante el pasado mes de enero, los insurgentes suníes comenzaron una operación a gran escala para apropiarse de amplias zonas de Irak apoderándose de Faluya, en la provincia occidental de Anbar. El mes pasado, el Estado Islámico amplió su ofensiva al norte del país.