El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, será juzgado por un delito de cohecho impropio pasivo en la conocida como causa de los trajes derivada del caso Gürtel, después de que el magistrado instructor de la causa, José Flors, estime que a día de hoy subsisten indicios racionales de hechos de apariencia delictiva. Así, estima que el objetivo de los regalos era «ganarse, mediante el agasajo, el afecto o el favor de las personas así obsequiadas».
Así lo concreta Flors en un auto con fecha de ayer, contra el que no cabe recurso, y en el que ordena la apertura de juicio oral. Junto al jefe del Ejecutivo se sentarán en el banquillo los otros tres imputados en esta causa: el ex secretario general del PPCV y diputado Ricardo Costa; el ex vicepresidente del Consell Víctor Campos; y el ex jefe de Gabinete de la Conselleria de Turisme y actual responsable de Protocolo de la Diputación de Valencia, Rafael Betoret.
El juez exige que los cuatro imputados presten una fianza equivalente a la multa solicitada por el fiscal (41.250 euros para Camps, Costa y Betoret, y 35.000 euros para Campos) y un tercio más de esa cantidad para «asegurar las responsabilidades pecuniarias que en definitiva pudieran declararse procedentes».
Asimismo, se da un plazo de 15 días a las partes para que comparezcan ante la Sala de lo Civil y Penal; el presidente del tribunal del jurado será el magistrado Juan Climent.
La resolución de Flors llega tres días después de la vista previa para resolver si procedía la apertura de juicio oral, donde la Fiscalía Anticorrupción y la acusación popular, ejercida por el PSPV, pidieron que Camps fuera juzgado, y la defensa pidió el archivo.
Según recoge el magistrado como elementos indiciarios, entre los años 2005 a 2008, Álvaro Pérez -presidente de Orange Market- y Pablo Crespo -encargado de gestionar un grupo de sociedades dedicadas a la inversión especulativa y a la prestación de servicios-, presuntos cabecillas de la trama Gürtel, asumieron el pago de trajes confeccionados a medida de las tiendas Milano y Forever Young, calzado y otras prendas de vestir de personas que desempeñaban cargos y funciones de responsabilidad en instituciones y organismos de la Generalitat: Camps, Costa, Campos y Betoret.
Salvo cuatro trajes procedentes de Milano, que Camps devolvió al sastre José Tomás, empleado de ambos establecimientos -porque consideró que no le venían bien-, toda la demás ropa elegida y encargada por los imputados fue recibida y aceptada por ellos «a sabiendas de quién asumiría el pago de su importe».
El precio de estos obsequios fue satisfecho por Pablo Crespo con dinero procedente o con cargo a las cuentas de alguna de las sociedades del grupo dirigido por el empresario Francisco Correa.
reacciones. El Gobierno regional aseguró que no comparte el auto, algo que, según indicaron, tampoco hacen «los valencianos», que el pasado 22 de mayo dieron su apoyo mayoritario al proyecto del PPCV, y trasladó a Camps el apoyo «total, cerrado e incondicional» del Ejecutivo.
Por su parte, el secretario general del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, pidió al popular que dimita para poder elegir a «un ciudadano honrado», y solicitó la convocatoria urgente de un pleno de Les Corts para que dé explicaciones.
A nivel nacional, el portavoz del Gobierno, José Blanco, eludió emitir cualquier declaración sobre el asunto, porque «la opinión relevante» es la que tiene que dar Rajoy.
Mientras, desde el PP descartan que el auto vaya a tener consecuencias políticas, aunque temen que el juicio pueda coincidir con un posible adelanto de las elecciones a noviembre, y el PSOE ofreció su apoyo a Rajoy para sustituir a Camps.
El dato
Dos años de proceso. La apertura de juicio contra el presidente de la Generalitat valenciana marca el principio del fin de más de dos años de un proceso judicial, el de su implicación en la trama Gürtel, y una oportunidad para demostrar cuánto había de verdad en aquella frase de 2009: «Claro que me pago mis trajes».
