La mano sangrienta del presidente sirio Bashar al Asad no deja de provocar muertes. Y es que ayer, más de un centenar de personas fallecieron, cincuenta de ellas niños, y cerca de 300 resultaron heridas en un ataque perpetrado por las fuerzas del régimen en la ciudad de Hula (centro del país), según informó la oposición contra el mandatario, el Consejo Nacional Sirio (CNS), que denunció el ataque como un «crimen» sistemático. «Algunas víctimas murieron en el bombardeo y otras fueron masacradas a cuchillo. Familias enteras han sido asesinadas en un acto que recuerda a la Edad Media», señaló el CNS.
Hula se encuentra en la provincia de Homs, uno de los epicentros de las revueltas contra el dirigente. El ataque supone una violación flagrante de los términos del alto el fuego comprendido en el plan de paz formulado por el mediador de la Liga Árabe y Naciones Unidas, Kofi Annan.
El golpe, según precisó la oposición, comenzó con «12 horas consecutivas de bombardeos, seguidas de una masacre cometida por matones y mercenarios del régimen». Entre las víctimas se encontraban «menores con las manos atadas» detenidos por «leales al régimen de Al Asad procedentes de localidades cercanas».
«Lo que ha sucedido es un crimen sistemático con el objetivo de avivar los fuegos sectarios», declaró el presidente del Consejo Nacional, Burhan Ghalioun, que pidió a Annan que se desplace inmediatamente a la ciudad para que sea testigo de la masacre: «No puede continuar su misión tras las masacres que se han perpetrado mientras visita Damasco sin pestañear».
Por otra parte, nada se sabe de la decena de libaneses secuestrados en el norte de Siria cuando regresaban de una peregrinación por los lugares de Irán sagrados para los chiíes.
De esta forma, la ONU calcula que, desde que estallaron las protestas en el país en marzo de 2011, habrían muerto más de 10.000 personas. Por su parte, la agencia para los refugiados de este organismo, Acnur, cifra en más de 70.000 los desplazados internos por los enfrentamientos.
Ante estos garves hechos, el Gobierno galo, que condenó la masacre, comenzó a preparar una reunión de los aliados internacionales de la oposición, los llamados Amigos de Siria, en París.
«Estoy preparando planes inmediatos para un encuentro», confirmó el ministro de Exteriores, Laurent Fabius. «Frente a este horror, la comunidad mundial debe movilizarse para detener nuevos martirios entre este pueblo», sentenció.
Ayuda rusa.- Un estudio, que varios diplomáticos occidentales de Naciones Unidas han tildado de creíble, asegura que un cargamento moscovita de armas está en ruta hacia Siria para llegar a las manos de Al Asad. «La cadena Arabiya apunta a que un barco que transporta una gran cantidad de munición planea descargar en el puerto sirio de Tartus, única salida militar rusa en el Mediterráneo», aseguraron.
Los datos señalan que la embarcación partió el pasado 6 de mayo e «intentará alcanzar su meta de manera sospechosa», añadieron.
