El presidente sirio, Bachar al Asad, decretó ayer una amplia aministía con motivo de la fiesta musulmana del sacrificio, exceptuando a los presos encarcelados por participar en la revolución, «terroristas» en la jerga oficial. Mientras, las fuerzas del régimen mataron a al menos 20 civiles en un bombardeo contra una panadería en Alepo, al tiempo que en el Líbano fallecieron otras nueve personas en nuevos enfrentamiento en Trípoli, si bien el Ejército de Beirut consiguió un alto el fuego entre partidarios y detractores de Al Asad.
