Cuando las bajas temperaturas asolan Europa, numerosas especies de aves acuáticas emigran al sur del continente, en busca de tierras más cálidas, recalando así en la Península Ibérica. La invernada en España de estas aves es aprovechada para la realización de un censo, que en Segovia es llevado a cabo por agentes medioambientales y técnicos de la Junta de Castilla y León. Este año, dicho censo se desarrolló entre los días 11 y 24 de enero, habiéndose contabilizado un total de 2.199 aves acuáticas en los 36 humedales de la provincia visitados —en 19 sí había ejemplares, mientras que en 16 no—.
Este invierno, la mayor concentración de aves acuáticas se ha producido en la laguna de Navahornos, en Cantalejo. En segundo lugar, por número de ejemplares, figura el embalse de Linares del Arroyo, y en tercero El Espadañal, en Cuéllar. Y, a continuación, la laguna de la Iglesia, en Villagonzalo de Coca, y la de Sotillos Bajeros, en Cantalejo. El resto de humedales en los que se ha observado más de un centenar de aves acuáticas han sido los embalses del Pontón Alto, Burgomillodo, las Vencías y Juarros de Voltoya.
El personal que ha realizado el censo ha contabilizado 14 especies diferentes, incluyendo la cigüeña blanca. El 78% de las aves acuáticas censadas (1.727 ejemplares) son ánades azulones. Las otras dos especies más comunes han sido la cerceta común (168) y el cormorán grande (164). Del resto de especies observadas —entre las que figuran el zampullín chico, el somormujo lavanco o la focha común— ninguna de ellas supera los 30 ejemplares.
Un rápido análisis de las estadísticas de los últimos años permite concluir que en Segovia prácticamente no varían las especies de aves acuáticas que llegan en invierno; entre ellas, el ánade azulón es, con diferencia, la más abundante. Como curiosidad, uno de los lugares más visitados para contemplar aves acuáticas, el Pontón Alto, cuenta este invierno con mayor diversidad de especies de lo habitual.
A quienes deseen acudir a uno de estos humedales segovianos a contemplar aves acuáticas, desde el Servicio Territorial de Medio Ambiente se advierte que “no es fácil” observar ejemplares, ya que para ello se requiere el uso de prismáticos o catalejo. “Pedimos que las observaciones se realicen desde lejos, para así no molestar a los animales”, se insiste.
Previsiblemente, la mayoría de las aves acuáticas que pasan el invierno en humedales de Segovia levantarán el vuelo en las próximas semanas.
Al igual que en Segovia, en cerca de 500 puntos del territorio nacional se han realizado controles de aves durante el pasado mes de enero. Las estimaciones realizadas por expertos ornitólogos apuntan que el territorio nacional acoge una media anual de un millón y medio de de estas aves. Por orden de importancia, destacan los grupos de las anátidas, fochas, gaviotas y limícolas. En segundo lugar quedan las garzas, cormoranes, flamencos y somormujos. La mayoría de la población invernante se concentra en zonas costeras, siendo los mejores lugares para ver patos Doñana, el delta del Ebro, la Albufera de Valencia y las lagunas de Villafáfila.