Alrededor de tres centenares de españoles –entre ellos, casi cien segovianos- han viajado a Roma para asistir a una eucaristía en la iglesia de Santa María sopra (sobre) Minerva, un templo cristiano levantado sobre otro, pagano, dedicado a la diosa de la sabiduría. La peregrinación, organizada por la Asociación Nacional de Cofradías de Minerva, ha tenido lugar entre los días 16 y 20 de noviembre, concluyendo con la asistencia del grupo a la audiencia del papa Francisco del pasado miércoles.
Santa María sopra Minerva es, sin duda, el manantial de las misas de Minerva. En el siglo XIII se convirtió en el ‘cuartel general’ de los dominicos, y allí fundó Tomás de Stella la cofradía de Minerva, que fue aprobada por el papa Paulo III en 1539. Desde sus inicios, esta cofradía se caracterizó por la defensa de la eucaristía, y entre sus normas se exigía a los cofrades la asistencia, los terceros domingos de mes, a una misa con exposición del Santísimo.
Con el paso del tiempo, muchísimas cofradías se fueron agregando a la creada en Roma. Hasta 2005, no había conexión entre las misas de Minerva. Se seguían celebrando en numerosas parroquias, pero de forma independiente. Hasta que ese año, la curiosidad de los cargos de la cofradía del Corpus de Sepúlveda hizo que decidieran buscar otras localidades donde pervivían misas de Minerva. Remitieron una encuesta a todas las diócesis de España pidiendo información de dónde se celebraban misas de Minerva. La sorpresa fue descubrir que pervivían numerosas. Y de ahí surgió la conveniencia de crear una asociación nacional, que ha sido la que ahora ha organizado la peregrinación.
El acto central del viaje a Roma fue la misa de Minerva en Santa María sopra Minerva. En la ceremonia, oficiada por el sacerdote valenciano Miguel Ángel Bondía, participaron miembros de 19 cofradías españolas (Almassera, Almonacid de Zorita, Almudévar, Benissanó, Carmena, Cozuelos de Fuentidueña, Estremera, Fuente de San Esteban, Mojados, Paterna, Segovia, Tavernes Blanques, Tornavacas, Benaguasil, Baena, Villoria, Muniesa, Don Benito y Sepúlveda). El grupo más numeroso fue el sepulvedano, integrado por 78 personas.
Como no podía ser de otro modo, acabada la misa de Minerva tuvo lugar una pequeña procesión, con el Santísimo bajo palio –en esta ocasión se utilizó una pequeña sombrilla existente en Santa María sopra Minerva-. “La verdad es que fue muy emocionante haber logrado celebrar una misa de Minerva en la casa madre de las misas de Minerva”, concluyó el presidente de la asociación nacional, el sepulvedano Juan Emilio Cristóbal.
